Pablo Beltrán
El fantasma de Pershing
Cuando algunos pensaban ya haber perdido la capacidad de asombro en los múltiples temas del día a día en este país, surgió una situación en la semana que vino a dar un vuelco al espectro político en términos de soberanía y otras cosas.
Sin que sea exactamente igual al ochentero caso de “Kiki” Camarena, sucede el secuestro de cuatro norteamericanos en Matamoros, Tamaulipas, que como efecto –ahí sí parecido al asunto tapatío- vino a poner a México en los reflectores del capitolio, lo que se tornó aún más delicado con el conocimiento a las horas de la ejecución de dos de los cautivos.
Es cierto que desde meses anteriores ya se hablaba por políticos, militares y congresistas del vecino país del norte sobre el problema serio de la farmacodependencia de sus connacionales, atribuyendo parte de la cuestión del fentanilo a las circunstancias de México y sus barones de la droga; sin embargo, en este semana el endurecimiento en el discurso llegó a niveles muy altos, en donde prácticamente ya se habla de la necesidad de una intervención armada a fin de hacer el combate frontal a lo que según ellos pudiera tipificarse ya como terrorismo, pues a la par señalan, existe omisión permanente por parte de las autoridades mexicanas respecto al punto, cuyo origen lo destacan como inherente a nuestra geografía.
Y por supuesto que los republicanos Dan Crenshaw y Mike Waltz no tuvieron que ir muy lejos por la respuesta, ya que nuestro presidente AMLO, desde su foro mañanero, les manifestó su inconformidad y les reclamó por su “intervencionismo”, “autoritarismo”, “que no somos colonia, ni protectorado de nadie”. La semana fue un intenso zipizape verbal de ambos lados, a tal grado que el ejecutivo manifestó que pudiera decirles a los mexicanos radicados en Estados Unidos que en los próximos comicios votaran en contra de los del partido del elefante.
El mandatario, como buen historiador que es, si hizo alusión que quienes atacan verbalmente desde el extranjero lo hacen desde terrenos que fueron parte de nuestro país, aludiendo tácitamente con ello, de los abusos imperialistas de la época.
Pero lo que sí debería de venir a cuento, es aquél atroz 1916, cuando el ejército norteamericano, encabezado por el General John J. Pershing entró a nuestras latitudes para ir de cacería sobre Doroteo Arango, alias “Pancho Villa”, hoy flamante ícono del año 2023, por parte del gobierno federal. El motivo es de sobra conocido: el ataque a Columbus, Nuevo México por parte de Los Dorados, en donde se cometieron muchas atrocidades, solo comparables a las de San Pedro de la Cueva, en Sonora, un año antes.
Esa fue la más reciente intervención militar –ya más de cien años- a nuestro territorio, en cuya expedición punitiva solo sobresalían los oficiales, caballos, rifles y pistolas, de ahí que ante tan limitada capacidad operativa de la época no pudieron apresar a Villa y éste solo encontró su final hasta 1923 en Parral, Chihuahua, a manos de sus propios paisanos.
Solo como corolario al tema, algunos opinan que en este entramado binacional, por supuesto que no debe de haber renuncia a la soberanía ni a la independencia, pues la solución, en todo caso lo debe ser, a través de los tratados y de la cooperación acorde a los principios internacionalistas, es decir, de ninguna manera significa sumisión el atender la problemática común, de tal suerte que más vale entrarle a la diplomacia formal que enfrentar a una potencia militar que no se caracteriza propiamente por atender o respetar límites territoriales, ya que bajo el ardid del combate a ciertos flagelos y con el pretexto de la afectación a sus conciudadanos, ha emprendido históricamente acciones contra el comunismo, dictaduras y terrorismo, he ahí sus guerras e intervenciones en Corea, Vietnam, Irak, Afganistán y hasta en la pequeña Panamá, de donde se llevaron arrestado a Noriega.
Con la tecnología actual de los yanquis, en donde los caballos ya solo son de alegoría, seguramente nadie quiere la visita de otro Pershing…
RASPÓN AL ´PLAN B´. Y el que le pegó un buen llegue a la ya conocida estrategia electoral, denominada como Plan B, lo fue el Noveno Tribunal Colegiado en materia administrativa del Primer Circuito, al suspender la remoción (derivada de dicho plan) de Edmundo Jacobo Molina y restituirlo a la sazón como Secretario Ejecutivo del Instituto Nacional Electoral, pues había sido elegido hasta 2026 por el Consejo General. Lo anterior, sin duda, puso de nueva cuenta de mal humor al inquilino de palacio, ya que quizá haya pasado por su mente que “por la víspera se saca el día”. Así vendrá gradualmente el análisis por parte del poder judicial de las leyes que conformaron dicho plan en materia comicial y en su momento se sabrá del talante constitucionalista de quienes intervinieron en todo esto. Ya veremos…
SEGALMEX EN LA PALESTRA. Y aun cuando en el discurso oficialista se orienta el tópico de la corrupción como solo cosa del pasado, el asunto de la Seguridad Alimentaria Mexicana (organismo descentralizado sectorizado a SADER), ha venido a demostrar que en estos nuevos aires también se cuecen habas, habida cuenta que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha puesto el cascabel al gato ante las grandes irregularidades en dicho organismo –ya rebasan los 15 mil millones de pesos de los ejercicios 2019, 2020 y 2021-, por lo que ha sido ya imposible tapar tal affaire y ante ello ha sido difundido ante la sociedad sobre el libramiento de más de veinte ordenes de aprehensión en contra de funcionarios y particulares beneficiarios.
No se sabe si el ex prominente priista Ignacio Ovalle –hoy en INAFED desde abril de 2022- va en la lista, aunque si bien muchos lo han considerado como el autor principal en esta trama al estar en varias denuncias ante FGR, por otro lado, hay quienes creen que el ex protegido –en CONASUPO- de Raúl Salinas en el sexenio del hermano “cómodo”, al tener hoy por hoy grandes amigos en la cúpula de la administración actual, es muy posible le hagan “lo que el viento a Juárez”.
Seguramente ante tal panorama el presidente se encuentra en una gran encrucijada, pues este foco rojo representa más de tres veces el desfalco cometido con motivo de la ´Estafa Maestra´, del sexenio de Peña Nieto…