Han transcurrido ya cuatro años desde que astrónomos del Telescopio del Horizonte de Eventos –México participa en este ambicioso proyecto con el Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano– hicieran pública la primera imagen de un espectacular agujero negro supermasivo situado en la galaxia Messier 87 (M87) a 55 millones de años luz de la Tierra.
En su momento, la noticia corrió como pólvora y generó mucha expectación. Tan es así que tanto medios especializados como de corte generalista difundieron el acontecimiento, y cuyo recibimiento fue de mucho entusiasmo entre el público especializado y no tan especializado.
Ahora, el pasado miércoles 26 de abril, un grupo de investigadores encabezados por el astrónomo Ru-Sen Lu del Instituto Max Planck de Radioastronomía, y quienes no tienen nada que ver con el equipo de astrónomos del Telescopio del Horizonte Eventos, presentaron por primera vez una imagen en la que no solamente aparece el agujero negro supermasivo de M87, sino también un colosal chorro formado por plasma, es decir, un chorro o “jet” compuesto por millones de átomos que -dado que han sido calentados a tan altas temperaturas- emiten una gran cantidad de energía.
El chorro es producido porque el agujero negro de M87 calienta a temperaturas inusitadas el material que gira a su alrededor. De hecho, este material cae precipitosamente hacia el interior del agujero negro debido a la fuerte atracción gravitatoria que ejerce sobre la materia que lo rodea.