Pablo Beltrán

El bastón y el bastión

Y pues por fin en la semana se decidió dentro de Morena lo que para todos era predecible: la asunción de Claudia Sheinbaum a la coordinación nacional de los comités de defensa de la 4T, que no es otra cosa que la abanderada para la justa electoral de 2024.

Y sí, para nadie es una sorpresa que la mexicana con ascendencia lituana y judía, haya quedado como ganadora dentro de un cuestionado procedimiento, con un 39.4 por ciento, con varios puntos por encima de su más cercano competidor, Marcelo Ebrard, que obtuvo el 25.6 por ciento.  Los otros cuatro quedaron bastante alejados de estos dos, destacando el porcentaje de Noroña, el cual estuvo prácticamente a la par de Adán Augusto López, éste último con la mayor operación en publicidad al igual que la elegida.

Pues como parte de un guión ya ensayado, se vio también la molestia del competidor más cercano, Ebrard, quien reiteró al cierre del ejercicio electoral serias quejas, ahora en contra del conteo, sin dejar a un lado las denuncias que ya había realizado tanto al inicio del proceso al igual que hace apenas unas semanas en contra de la Sheinbaum por la intervención de la Secretaría de Bienestar. Esto es, la inconformidad del exjefe de gobierno capitalino fue la constante.

Así claramente en la historia de esta disputa interna de la izquierda mexicana, se vio como el presidente -como dueño del bat, el guante y las pelotas- siempre estuvo al lado de la dama, la cual se dejó querer, aun a pesar de los dardos de algunos de sus oponentes.

Ahora, el tema de la unidad, queda prácticamente en entredicho, al no haber asistido el excanciller Ebrard al evento de la comunicación de los resultados el día miércoles en el World Trade Center (WTC), ni mucho menos el jueves por la noche a la reunión en el restaurant El Mayor, en donde se le entregó al “bastón de mando” a la ungida por parte del presidente de la república, bajo la metamorfosis de líder del movimiento de la transformación.

De Ebrard muchas cosas se dijeron y se dicen: que se va del partido, que iría como independiente, que se va a Movimiento Ciudadano, que apoyaría al Frente tras bambalinas -o abiertamente-. Pero no hay que comer ansias, pues para el lunes el plato político más sabroso será la anunciada salida a medios del exjefe del entonces Distrito Federal, en donde dirá para donde apunta la brújula, lo que definitivamente, para donde marque, no dejará de hacer buen ruido.

Como cosa curiosa, fue apenas hace un par de días, el jueves 7 de septiembre, cuando inicia formalmente el proceso electoral federal 2023-2024, con la etapa de preparación de la elección, que culminará con la renovación del cargo de presidente de la república, 128 senadores y 500 diputados federales, eso sin dejar de mencionar que en las entidades, en su conjunto, estarán en disputa 19,634 cargos de elección popular.

De bastante intensidad estarán las contiendas locales, ya que habrá elecciones para titulares del ejecutivo en Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.

Morena ya gobierna 21 entidades, a la que se sumará Edomex en unos días con la llegada de la maestra Delfina, con lo que se advierte el control en más de las dos terceras partes de los estados en el país -incluyendo la capital-, de ahí que con las pizcas que obtengan en el año venidero en las regiones, pudieran lograr una verdadera edificación de un bastión de izquierda, si es que otra cosa no sucede. 

Y volviendo a la ahora designada, ya la espera en las cuerdas electorales la hidalguense Xóchitl Gálvez, por lo que la elección presidencial saldrá de entre mujeres, las cuales tuvieron justicia electoral hace apenas unas décadas, ya que en 1947 pudieron votar y ser votadas en elecciones municipales, para así en 1955, estar en aptitud de participar en elecciones federales.

Pues así las cosas, ya fue entregado el bastón -con colores muy particulares y cabeza de tucán- a la elegida Sheinbaum Pardo y ya va en intención de avance el bastión de Morena por todas las regiones del país. 

Y dicen que no es que Morena siga los pasos del PRI en cuanto al control de la presidencia y su hegemonía regional, sino que simplemente las coyunturas fueron aprovechadas desde la creación de este partido en 2014 -con su antecedente de asociación civil en 2011-, ante las debilidades de los partidos de derecha en el gobierno, los cuales en este venidero 2024 pretenden “resucitar” a través de una alianza -hoy llamado Frente-, que si bien hasta hace muy poco estaban en la lona, ahora con la llegada de la senadora Gálvez, ya las cosas se tornan a un buen nivel competitivo, de ahí que lo que viene será épico y ya veremos la convicción democrática de los mexicanos.

Como decía Theodore Roosevelt, hace más de cien años: “una gran democracia debe progresar, o pronto dejará de ser grande…o democracia”.

¡Hay tiro! …

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