Así como muchos otros animales, el rinoceronte blanco del norte vio disminuir sus poblaciones, en toda África central, por la caza furtiva. Las consecuencias de esto llegaron a tanto, que ahora solo dos ejemplares de la monumental especie africana quedan en pie: Najin y su hija Fatu. Afortunadamente, la ciencia de la reproducción trae esperanzas para estos seres vivos.

Un grupo de científicos logró el primer embarazo de un rinoceronte mediante fertilización in vitro. Esto se llevó a cabo con rinocerontes blancos del sur. Los investigadores alcanzaron su objetivo luego de crear y mantener el embrión en un laboratorio. El paso final fue trasferir este a un vientre subrogado.

Ante el éxito de la misión, los responsables se muestran entusiasmados por replicar el proceso, ahora con una especie que requiere un nuevo aliento: el rinoceronte blanco del norte.

Najin y Fatu son hembras, por lo que la especie del rinoceronte blanco del norte está técnicamente extinta. Ambas se mantienen bajo estrictas medidas de seguridad en Ol Pejeta Conservancy en Kenia.

Biorescue, un consorcio internacional, es la entidad que está buscando salvar a la especie. Los miembros del proyecto tienen el objetivo de implantar embriones en las hembras, mientras estén en edad reproductiva. Lo anterior está planificado para los próximos meses.

Todo parece indicar que las probabilidades de un nuevo éxito son mayores. Aunque, para llegar a una mejor perspectiva, hubo fracasos, como el caso de una madre sustituta que falleció de una bacteria durante las intervenciones.

esta iniciativa no ha sido del todo aceptada, dado que algunos especialistas ven preferible llevar los esfuerzos a especies con más probabilidades.

En oposición a esa idea, Jan Stejskal, coordinador del proyecto BioRescue, considera que el esfuerzo está justificado:

“Una cosa que tenemos que entender es que detrás de la extinción del rinoceronte blanco del norte está el hombre. No es por alguna presión evolutiva, fue la codicia, fue el consumo de un cuerno de rinoceronte”, sostiene Jan Stejskal en entrevista con la BBC.

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