Las sondas Voyager I y II de la NASA llevan más de 40 años explorando el universo, con el objetivo de extender la exploración espacial más allá del sistema solar y de la esfera de influencia de nuestro Sol. Entre sus partes, llevan un disco dorado con mensajes y archivos de todo el mundo, incluido un huapango mexicano.

Estos discos fonográficos, según la NASA, funcionan como una especie de “cápsula del tiempo”, diseñada para comunicar la historia del mundo a los extraterrestres. Incluyen un disco de cobre chapado en oro de 12 pulgadas, con sonidos e imágenes seleccionados para retratar la diversidad de la vida y la cultura en la Tierra.

En su catálogo se encuentran olas, viento, truenos, pájaros, ballenas y otros animales, además de selecciones musicales de distintas culturas y épocas, saludos hablados de la gente en cincuenta y cinco idiomas, entre ellos, español, y los mensajes impresos del presidente Carter y el secretario general de la ONU, Waldheim.

Cada disco se encuentra almacenado en una funda protectora de aluminio, con instrucciones para explicar el origen de la nave y la forma de reproducirlo, mientras que las imágenes se encuentran codificadas de forma analógica.

Después siguen los sonidos de la Tierra y la selección de música de 90 minutos, con clásicos orientales, occidentales, así como una variedad de música étnica.

Una de las canciones seleccionadas es “El Cascabel”, un huapango veracruzano tradicional mexicano interpretado por el compositor mexicano Lorenzo Barcelata Castro.

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