Óscar Félix / MO
Para los señores Efraín Hurtado y Simona Guadalupe Martínez Pérez, la realidad actual es una situación desesperante.
Ambos han visto cómo su hogar, el lugar donde construyeron sus sueños y recuerdos, quedó reducido a cenizas.
Esta pareja de emprendedores es solo una de las tantas familias que se vieron afectadas por el devastador incendio que arrasó con varias viviendas la mañana del martes en Pueblo Yaqui.
El siniestro se desató en la calle Obregón, entre Francisco Villa y Heliodoro Vázquez, en la colonia Nueva Creación, dejando a su paso un rastro de destrucción y desolación.
El saldo trágico de este incendio es profundo y doloroso.
Además de la pérdida de propiedades materiales, una señora perdió la vida y dos perritos murieron calcinados, sumando a la tragedia un componente emocional difícil de sobrellevar.
Vehículos y otras pertenencias también fueron consumidos por las llamas, dejando a las familias sin prácticamente nada a lo cual aferrarse.
A pesar de la magnitud de la tragedia, las familias afectadas aún no han recibido la ayuda necesaria para comenzar a reconstruir sus vidas.
Esta falta de apoyo agrava su situación, obligándolos a enfrentarse a una realidad extremadamente complicada sin los recursos adecuados.
Efraín y Simona, al igual que sus vecinos, se encuentran en una lucha diaria no solo por recuperar un techo, sino también por encontrar consuelo y esperanza en medio de la adversidad.
La comunidad de Pueblo Yaqui se ha unido en solidaridad, pero las necesidades son inmensas y la respuesta oficial ha sido lenta.
Estas familias, que lo han perdido todo, esperan con urgencia el respaldo de las autoridades y de cualquier entidad que pueda ofrecerles apoyo. La reconstrucción de sus hogares y de sus vidas es una tarea monumental que requiere no sólo recursos materiales, sino también el apoyo emocional y psicológico para superar el trauma dejado por el desastre.