¿Qué sigue?
Becker García
Indiscutiblemente, México decidió, de manera abrumadora, por Claudia Sheinbaum, quien será la primera presidenta del país en 200 años.
El día de la votación, hubo dudas, casos raros, como ese de que la afluencia de votantes apenas llegó al 57%, cuando las casillas estuvieron abarrotadas. Otra, sin el carisma de Andrés Manuel López Obrador, la candidata de MORENA, PT y VERDE, obtuvo 5 millones de votos más.
Como sea, era claro desde hace semanas, que, a ella, administrando su ventaja con eficacia, prudencia y disciplina, no la alcanzaría nadie, pero, dos votos a uno, está medio raro.
Luego también está el hecho de que, cuando menos hasta el momento, tendrá a su favor mayoría calificada en el Congreso, con lo cual, pueden reformar la Constitución sin negociar con nadie, y eso era el deseo de Andrés Manuel.
Los mexicanos votaron por la continuidad, y eso es bueno, empero, ahora le toca la responsabilidad a Claudia de mesurar al país, aunque parece que AMLO no la dejará tan fácil, será, quiere ser, una especie de Plutarco Elías Calles renovado y con más poder.
Hay personas que ven en el discurso de Claudia al aceptar el triunfo, con tono moderado y de reconciliación, pero, es muy parecido al usado por AMLO al tomar el poder, y vimos todo lo contrario.
AMLO dijo: “Con apego a mis convicciones y en uso de mis facultades, me comprometo a no robar y a no permitir que nadie se aproveche de su cargo o posición para sustraer bienes del erario o hacer negocios al amparo del poder público. Esto aplica también para familiares.
Gobernaré con entrega total a la causa pública, dedicaré todo mi tiempo, mi imaginación, mi esfuerzo a recoger los sentimientos y a cumplir con las demandas de la gente. Actuaré sin odios, no le haré mal a nadie, respetaré las libertades, apostaré siempre a la reconciliación y buscaré que entre todos y por el camino de la concordia, logremos la cuarta transformación de la vida pública de México.”
Pues resulta que, fue todo lo contrario.
Por su parte en su discurso del triunfo, Claudia dijo; “Concebimos un México plural, diverso y democrático. Sabemos que el disenso forma parte de la democracia y, aunque la mayoría del pueblo respaldó nuestro proyecto, nuestro deber es y será siempre velar por cada uno de los mexicanos sin distingos. Aunque muchos mexicanos no coincidan plenamente con nuestro proyecto, habremos de caminar en paz y en armonía para seguir construyendo un México justo y más próspero”.
Entonces, ¿le creemos o solo es para ganar tiempo?
Hay que esperar, pero, la injerencia de Andrés Manuel para continuar con la misma política, pareciera que no va a soltar a Claudia.
Dos datos, justo en la mañanera del lunes, luego de felicitar a su candidata, anunció que, el Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, había aceptado continuar en su puesto y no fue hasta varias horas después, vía la red X, que Claudia se lo agradeció pero ahí estaba la clara muestra del AMLO el injerencista.
Otra, el mismo lunes, AMLO anunció que, junto a la candidata ganadora, haría una gira por todo el país, agradeciendo su votación. Y sí, sabemos que él fue como una especie de jefe de campaña, que se pasó por el arco del triunfo todas los impedimentos para hablar sobre las elecciones, violando una y otra vez la ley electoral (por algo quieren acabar con el INE).
Sin embargo Claudia Sheinbaum no la tendrá tan fácil como AMLO lo tuvo desde el inicio de su mandato, ya él acabó con todos los fideicomisos que pudo, dejando las arcas del gobierno en ruinas, y, ya no hay de donde sacar más dinero, mientras no sea subiendo los impuestos o, con deuda.
Porque está claro que el triunfo apabullante de MORENA, tuvo que ver mucho con el reparto de dinero entre la población, que cada vez aumenta más, pero, se está claro que ahorita, de momento, no hay lana que alcance.
Demosle un voto de confianza a Claudia, y que Dios proteja a México, aunque ellos sean ateos.
Gracias por leerme.