Óscar Félix / MO
En el corazón de una celebración que une a la comunidad, el Día de la Virgen se ha visto empañado por una realidad alarmante: la acumulación de basura que invade la entrada al cerrito sagrado.
Este espacio, destinado a la veneración y la oración, se ha convertido en un triste espectáculo de desechos.
Las bolsas de comida desechadas, envolturas de plástico y, sorprendentemente, un puesto de elotes abandonado son solo algunas de las evidencias de la falta de compromiso ambiental de quienes visitan este sitio.
Mientras los fieles llegan con fe y devoción, es innegable que esta imagen de descuido y suciedad arrebata la esencia misma del evento.