Óscar Félix
En medio de un repunte en los crímenes de alto impacto durante el pasado mes de diciembre, el alcalde de Cajeme, Carlos Javier Lamarque Cano, califica los incidentes como “picos” y rechaza la necesidad de modificar estrategias de seguridad o el liderazgo de la Secretaría de Seguridad Pública.
A pesar de los alarmantes índices de criminalidad en 2024, el alcalde destaca una disminución del 55% en comparación con hace tres años, sugiriendo que los críticos desean un regreso a situaciones anteriores que no se permitirán.
Durante una entrevista después de un homenaje a policías caídos en el Día del Policía, Lamarque reconoció que algunos agentes están siendo investigados por posibles vínculos con actividades ilícitas.
Sin embargo, la percepción ciudadana parece contrastar con las afirmaciones del alcalde.
Muchos ciudadanos expresan su preocupación ante la creciente inseguridad, sintiendo que la violencia ha afectado la tranquilidad de sus comunidades.
Las quejas sobre la falta de respuestas efectivas y la necesidad de una mayor presencia policial son recurrentes.
A medida que los habitantes de Cajeme enfrentan situaciones de riesgo, la confianza en las autoridades se ve erosionada, lo que plantea un desafío para el gobierno municipal en su búsqueda de legitimidad y seguridad.
La opinión pública, en este contexto, resalta la urgencia de una revisión crítica de las estrategias implementadas para abordar la violencia y garantizar la protección de la ciudadanía.