Miguel Ángel Vega C.

Sí resultó AMLO el peligro que decían sus detractores

A estas alturas del partido, no nos queda la menor duda de que ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, sí fue aquel peligro del que nos advertían sus detractores, pero quienes estaban hartos del PRI y del PAN, se resistían a creerlo porque estaban ávidos de un líder que viniera a salvar al país del hueco en el que se encontraba. Corría el año 2018, cuando varios líderes de organizaciones civiles y gente de la sociedad en general, advertían en los medios de comunicación y en las redes sociales, que López Obrador, sería un peligro para México, pero pocos lo creyeron porque aquel candidato presidencial dibujaba en México de ensueño, un espejismo, porque se comprometió a respetar la división de poderes, a bajar el precio de la gasolina a 10 pesos, a construir obras viables que le trajeran bienestar a los mexicanos, a darle prioridad a los pobres en todo, a que no debía haber gobierno rico y pueblo pobre, a que en eso de la corrupción la combatirían frontalmente como él decía barriendo las escaleras de arriba hacia abajo, a solucionar el problema de inseguridad en unos seis meses o un año, a elevar nuestro sistema de salud al nivel de Dinamarca y muchas otras promesas más que hizo, que al llegar al poder se le olvidaron y empezó a hacer todo lo contrario al grado, que al culminar su mandato entregó un país en la debacle, en el voladero a punto del caos, en varios rubros, tal y como lo estamos viviendo en estos momentos. RAMÓN ALBERTO GARZA, titular de CÓDIGO MAGENTA, confiesa en una exposición que no tiene desperdicio, que él mismo fue uno de los ingenuos que confió en AMLO, pero hoy dice estar convencido de que sí fue lo que sus detractores dijeron en su momento, un peligro para México. Dijo que sí creía que López Obrador, podría cerrar la brecha entre los pocos que tienen demasiado y los muchos que tienen demasiado poco. Incluso lo apoyó en todo lo que le fue posible, hasta promoviendo el voto a su favor. Pero asegura que conforme avanzó el sexenio avanzó igual su desilusión, reconoce que se equivocó, como millones porque se empeñó día con día exhibiendo la mentira, exhibiendo sus otros datos, en fabricar un país de fábula que solo existió en su mente primitiva, dominada por sus complejos y por sus torcidos odios y rencores clasistas. Y asegura que logró radicalizar a un México, al que en su toma de posesión le prometió unidad, seguridad, progreso, transparencia, democracia, bienestar y combate a la corrupción, pero después de seis años esa unidad la canjeó por encono social, repitiendo en su propagandística mañanera, que los buenos eran los que estaban con él y que los malos eran los que no opinaban como él, los que lo cuestionaban. Desde ese púlpito se dedicó a coleccionar enemigos, a crucificarlos en el paredón de sus odios, tales como CIRO GÓMEZ LEYVA, CARLOS LORET DE MOLA, ANABEL HERNÁNDEZ, DENISSE MARKER, RAYMUNDO RIVA PALACIO. Y a medios como Reforma, El Universal, Televisa, TV Azteca, entre otros. Y en la extrema ingratitud defenestró a CARMEN ARISTEGUI y PROCESO que en su momento lo apoyaron decididamente en sus luchas y sus campañas por alcanzar la presidencia. La seguridad se la hipotecó con sus abrazos no balazos y la facturó al crimen organizado, para sostener y ampliar el poder de Morena. Badiraguato se enraizó en su corazón para regalarle el apodo de ‘NARCOPRESIDENTE’. Le recordó que cuando mencionaba a quien todos conocemos como el capo JOAQUIN GUZMAN LOERA él lo nombraba como ‘EL SEÑOR GUZMAN’ y cuando se bajó del convoy oficial en Sinaloa, para saludar a su mamá, CONSUELO LOERA VIUDA DE GUZMÁN. Se refirió a la complicidad de AMLO ante la liberación de OVIDIO GUZMÁN LÓPEZ en Culiacán y al miedo que siente actualmente por lo que pudiera revelar el otro capo de capos ISMAEL ‘EL MAYO’ ZAMBADA GARCÍA. Le refirió que desmanteló los sistemas de salud y educación, pilares de cualquier sociedad que aspire al progreso. Y solo él cree la patraña de que los hospitales de México son mejores que los de Dinamarca. Le recordó el fracaso del INSABI y su actuación criminal en la pandemia del Covid-19. En educación, con dos secretarias ideologizadas y un aparato de propaganda modificó los libros de texto gratuito, para sembrar en la conciencia infantil la semilla del clasismo y la confrontación. El evangelio comunista de los Concheiro, desplazó el espíritu de la raza de Vasconcelos. Le recordó también que el progreso privilegió su propia mafia del poder, la que él creó con sus empresarios favoritos a los que ahogó con contratos multimillonarios, a los altos mandos militares, a los que corrompió comprándoles su lealtad. A la secta morenista de incondicionales, que dejó huachicolear a sus anchas. Y a su muy cuestionado clan familiar, tales como CARLOS SLIM, MANUEL BARTLETT DÍAZ, ROCÍO NAHLE, IGNACIO OVALLE, MARIO DELGADO y muchos otros. Y su familia de sangre ANDY, JOSÉ RAMÓN, GONZALO LÓPEZ OBRADOR y FELIPA OBRADOR. Le refirió que despreció la transparencia con obras tan caras como inútiles, como el Tren Maya, Dos Bocas, Aeropuerto Felipe Ángeles, cuyos presupuestos los escondió como asuntos de seguridad nacional, para ocultar la descarada corrupción, todos construidos en la opacidad, superando en 100 o 200 por ciento sus presupuestos originales. Su mayor mentira fue el presumir el combate a una corrupción que lejos de desterrarse creció al amparo de las asignaciones directas, favoreciendo a sus cercanos. Algunos de sus hijos son el mejor ejemplo de la floreciente corrupción que creció muy por encima de aquella corrupción del PRI y del PAN que tanto criticaba y que prometió desterrar. Le cerró las puertas de palacio a los 43 padres de Ayotzinapa, como lo hizo con las madres buscadoras, las feministas y los niños con cáncer. Le dijo que en afán por buscar el sueño guajiro de convertirse en líder de América, se alejó y peleó con los principales socios comerciales como Estados Unidos y se acercó a las dictaduras, como Cuba, Venezuela, Nicaragua y otros, por eso le recalcó que el legado maldito que dejó es la construcción de un régimen autoritario con pasos firmes hacia una dictadura, buscando  para él y su familia el control despótico y tiránico de nuestra patria, amparado en su máxima de que ‘no me salgas con que la ley es la ley’ lo destruyó casi todo, ante una oposición silenciosa y desmantelada, los mexicanos no dimensionamos aún hoy el enorme daño que le hizo a las instituciones creadas durante décadas para guardar los equilibrios y alejarnos de la tentación autoritaria. Desapareció los organismos de los equilibrios y manipuló los órganos electorales que acabaron por regalarle en la cámara una mayoría calificada con la que se adueñó del poder legislativo y desde esa trinchera planeó el asalto final, destruir al poder judicial. Y con su hijo ANDRÉS MANUEL LÓPEZ BELTRÁN y LUISA MARÍA ALCALDE en Morena, tendrá el mando absoluto en el partido y en los tres poderes, porque en el ejecutivo puso a su incondicional Claudia Sheinbaum, que no mandará mientras exista él y sus incondicionales; en el poder legislativo, igual colocó a los coordinadores de las bancadas mayoritarias ADÁN AUGUSTO LÓPEZ HERNÁNDEZ y RICARDO MONREAL ÁVILA, pero para dar el golpe final, están siendo electos jueces, magistrados y ministros, por el voto popular, pero insaculados por el morenismo. Sin duda, es una fotografía clara y nítida, de AMLO y sus seis años de gobierno. ¿Habrá quien tenga argumentos para refutar todo lo anterior? Si los hechos son el principal sustento.

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