Luego de que perdió su última batalla con la vida, falleció el bombero y paramédico, Francisco Javier Hernández Leyva, a quien este martes rindieron emotivo homenaje.
Fue en el Cuartel de Bomberos “Guillermo Vélez Calderón”, dónde sus compañeros “apagafuegos” le rindieron honores póstumos.
Hernández Leyva, a quien cariñosamente llamaban “bolas”, dejó de existir el lunes poco antes de las 9 de la mañana, debido a complicaciones de salud.
De 59 años, dedico cuarenta y seis al servicio humanitario con singular altruismo y filantropía, iniciando a los trece años en Cruz Roja como miembro juvenil.
Después de permanecer más de una década y media cumpliendo con guardias nocturnas a pesar de que laboró hasta su jubilación en Petróleos Mexicanos.
Después paso a formar parte del Departamento de Bomberos donde todavía en enero pasado estuvo de visita, no obstante a su quebrantado estado de salud.
Siempre bromista, pero mostró una singularidad; servir al prójimo sin esperar nada a cambio, con gran sentido humano.
Hernández Leyva, se ganó el cariño y respeto de sus compañeros, pero sobre todo el reconocimiento, al arriesgar su vida por auxiliar al prójimo, haciéndolo sin límites.
Este martes fue despedido con un pase de lista, último llamado a servicio y el toque de campana cuando regresaba tras cumplir la misión de atender una emergencia.
Durante el evento protocolario su hermana Eli Hernández, agradeció a sus compañeros bomberos y socorristas por haberlo cobijado por muchos años.
“Tanto aquí, como en Cruz Roja fue su segunda casa, porque transcurría hasta una semana sin verlo por estar entregado a su servicio”, dijo Eli.
También tres nietos agradecieron sus enseñanzas como abuelo y padre y por igual mostraron su gratitud a Bomberos y personal de Cruz Roja,
Poco antes de las 14:30 horas fue despedido del cuartel en medio de un arco de agua, mientras sus compañeros custodiaban el féretro con sus restos mortales a bordo de la máquina extintora E-05.
Igualmente sonó la sirena de la estación central y de todas las unidades de emergencia, incluyendo ambulancias de Cruz Roja para honrarlo.
Fue llevado al Santuario Guadalupano donde se le oficio misa de cuerpo presente y finalmente rendiría tributo a la madre tierra en el cementerio del Carmen.
Descanse en paz.