Fabiola Navarro / MO
En las afueras del Hospital General Regional Nº 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la fe se refleja entre pasillos y muros, con altares que los mismos pacientes han construido.
Lo que inició con un modesto altar dedicado a la Virgen de Guadalupe, hoy se ha transformado en un espacio donde los altares se multiplican, incluyendo también uno que es el más reciente a San Judas Tadeo (el santo de las causas difíciles).
Pacientes, familiares y personal médico que transitan por la zona se detienen con respeto y esperanza ante estos pequeños santuarios que han surgido con el tiempo, ubicados en el pasillo del viejo hospital. Veladoras encendidas, imágenes religiosas, flores y mensajes de agradecimiento llenan el espacio, formando un rincón de consuelo para quienes enfrentan momentos difíciles.
Uno de los testimonios que reflejan la fuerza de esta devoción es el de Óscar Gilberto, un paciente que recientemente fue dado de alta tras enfrentar un diagnóstico de cáncer de garganta; sin embargo, continúa su proceso de chequeo y cada vez que pasa por el hospital, se detiene frente al altar para agradecer su recuperación.
“Yo soy agradecido, yo sí creo que la fe puede sanar”, dijo quien reconoció además a las y los médicos que le ayudaron en este proceso.
Estos representan un refugio donde los creyentes hallan un respiro en medio del dolor.