El papa León XIV inauguró este domingo su magisterio con una misa en que le fueron impuestos los símbolos del poder papal, el palio y el Anillo del Pescador, y en la que pronunció un encendido llamamiento a la unidad en la iglesia y la paz en un mundo marcado por “demasiado odio y prejuicios”.
La jornada comenzó con el primer paseo del nuevo Pontífice a bordo del papamóvil, recorriendo la plaza de San Pedro y toda la Vía de la Conciliación para saludar a las cerca de 200 mil personas que llegaron a las inmediaciones vaticanas para acceder a la ceremonia.
“Fui elegido sin tener ningún mérito y, con temor y trepidación, vengo a ustedes como un hermano”, confesó.
El nuevo papa planteó una iglesia unida en la que su líder “nunca debe ceder a la tentación de ser un líder solitario” y que ejerza de “fermento para un mundo reconciliado”, máxime cuando, advirtió, el mundo vive “demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la Tierra y margina a los más pobres”.