Dayan Lagarda / MO

La severa crisis hídrica que atraviesa el sur de Sonora sigue dejando estragos en el sector agropecuario, y uno de los indicadores más claros es la drástica reducción en la operación del Fondo de Aseguramiento de Productores del Futuro, que pasó de cubrir entre 12 y 13 mil hectáreas en ciclos anteriores, a apenas mil 300 hectáreas en el actual.

Noé Campoy Borbón, representante del corporativo Irriprofu, explicó que esta disminución representa tan solo un 10% de la operación habitual, reflejo directo de la falta de agua y de las condiciones adversas que enfrenta el campo sonorense.

Detalló que en lo que respecta a los créditos no tuvieron función, pues a pesar de que se les brindó soporte a 300 hectáreas de productores de cártamo con insumos como semilla, fertilizantes y agua, no fue un crédito formal, sino más bien un respaldo limitado.

Adicionalmente, mencionó que también se habilitó a un productor de trigo con insumos básicos, demostrando que, aunque las condiciones son críticas, hay esfuerzos por mantener viva la actividad agrícola, aunque sea de forma mínima y con grandes restricciones.

Campoy Borbón comentó que esta situación evidencia el fuerte impacto de la sequía y la urgente necesidad de apoyos estructurales y planes de contingencia por parte de las autoridades para evitar el colapso de los esquemas productivos en regiones clave como el Valle del Yaqui.

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