Lorenza Sigala / MO

El cierre temporal de la frontera con Estados Unidos para la exportación de ganado ha generado una situación crítica en el sector ganadero de Sonora. Así lo advirtió Juan Ochoa, presidente de la Unión Ganadera Regional de Sonora (UGRS) quien expresó su preocupación por la prolongación del cierre y el fuerte impacto económico que ha provocado.

“El impacto ha sido muy, muy fuerte. No lo podemos cuantificar aún, pero estamos hablando de más de 100 mil cabezas de ganado en espera de ser exportadas, y diariamente se están dejando de mover cerca de 2 mil 400 cabezas”, señaló Ochoa en entrevista.

La inspección binacional concluyó el pasado viernes, y se espera que el informe oficial se entregue el próximo 7 de julio. Sin embargo, ganaderos y autoridades estatales están trabajando para adelantar la reapertura de la frontera, conscientes de la urgencia.

“Es urgente que se reabra la frontera por el tamaño del impacto económico. Gran parte del ganado se ha tenido que vender al mercado nacional a precios mucho más bajos que los de exportación”, lamentó.

Actualmente, los corrales de acopio están al límite, y algunos productores han optado por retener a los animales en sus ranchos, aunque las condiciones son desfavorables debido a dos años consecutivos de sequía extrema. “Ya casi no queda agua en las presas, y eso ha pegado tanto al sector agrícola como al ganadero”, explicó.

Ochoa detalló que el precio actual de exportación por cabeza de ganado ronda entre 1 mil 800 y 2mil 500 dólares, lo que representa una pérdida diaria millonaria al no poder concretarse los envíos. “Es mucho dinero que deja de entrar todos los días”, subrayó.

Respecto al apoyo institucional, el líder ganadero reconoció que el Gobierno del Estado ha destinado 40 millones de pesos para entregar alimento al sector afectado, aunque remarcó que el problema rebasa las competencias locales.

“Quiero recalcar que este no es un problema de la Unión Ganadera ni del gobernador de Sonora. Es un tema que está en manos de ambos países, y a ese nivel debe resolverse”, afirmó.

A pesar de la situación, Ochoa se mostró moderadamente optimista por la llegada de las primeras lluvias a la sierra. “Las lluvias traen esperanza. Si caen bien, podríamos regresar parte del ganado a los ranchos. Pero si el cierre se prolonga, habrá que buscar recursos económicos urgentes para evitar una pérdida aún mayor”, advirtió.

Finalmente, reiteró que los esfuerzos continúan por parte de todas las instancias involucradas. “Estamos trabajando todos los estados exportadores, la Confederación Nacional Ganadera, y el propio secretario de SADER. No es un tema sencillo, pero estamos haciendo todo lo posible para destrabarlo cuanto antes”, concluyó

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