Martín Alberto Mendoza / MO
El mediodía de este viernes, miembros del Ejército Mexicano iniciaron sorpresivas revisiones a elementos de la Policía Municipal en distintos puntos de la ciudad.
No se descarta que estas acciones están relacionadas con la depuración que anunció el jueves, el alcalde, Carlos Javier Lamarque Cano.
El hecho generó una reacción de molestia e irritación de agentes de la Policía Preventiva, al grado de no acatar las órdenes de los milites.
Se conoció que la primera revisión se hizo al policía encargado de la vigilancia de la Central de Abastos, quien trae a cargo la patrulla 148.
De acuerdo a una tarjeta informativa que elaboró sobre lo sucedido, expuso que, al estar atendiendo a un reportante, en calles Raygoza y Primera, arribó una unidad militar tipo pick up, color verde olivo.
Era abordada por seis soldados que le pidieron que descendiera de la patrulla para revisarlo.
Fue cuestionado sobre el contenido de una mochila y respondió que traía sus pertenencias por lo que procedieron a inspeccionarla, a la vez que le pidieron que no se molestara.
Le indicaron que lo estaban revisando porque hay unos policías que “andan mal”.
Al observar personal castrense que trabajadores de la Central de Abastos comenzaron a grabarlos con sus teléfonos celulares, subieron a la unidad militar y se retiraron.
Diez minutos después, alrededor de las 12:40 horas, en un punto de control militar instalado en calles California y Nogales, en Villa California, le marcaron el alto al tripulante de la patrulla con número oficial 202, quien asegura que estaba realizando labores de vigilancia y prevención del delito.
Pidieron que les mostrara la portación del arma de cargo, según, el policía, lo hicieron de manera prepotente.
Y exhibió el documento, pero le pidieron que bajara de la patrulla para hacer una revisión, indicándoles el agente policiaco que la portación se venció el 31 de diciembre del 2021.
Les sugirió que checaran las armas en la Jefatura de Policía, en el Departamento de armas, sin embargo, insistieron que descendiera de la patrulla.
Lejos de no acatar la orden pidió apoyo a sus compañeros a través de la frecuencia del C5i, arribando varias unidades.
Se entabló un diálogo con oficial del Ejército y además se pidió información a la armería sobre la pistola de cargo y una carabina calibre 5.56 que traía de cargo el agente policiaco.
Una vez despejada toda duda sobre el correcto estatus de las armas oficiales, el asunto no cobró mayor trascendencia.
Cuestionados algunos elementos policiacos sobre estos acontecimientos, mostraron su aprobación, ya que se requiere depurar las filas policiales.
“Ya se estaban tardando”, expresó, uno de ellos, al tiempo que consideró que son medidas con las que ellos salen beneficiados porque no saben con quién realmente andan trabajando.
“No sabemos a quienes traemos de pareja y a cómo está la situación en el municipio no deben disgustarse porque quien no anda mal no tiene nada de qué preocuparse”, comentó.
Otro policía, advirtió que se van molestar quienes anden mal, pero no por eso ellos van asumir una conducta similar, además de que es algo que ya se dejaba venir.
Y destacó que no se puede negar que hay algunos agentes que no andan en “buenos pasos”, a la vez que expresó en términos coloquiales que lamentablemente pagarán justos por pecadores.