Dos historias extrañas me sucedieron esta semana, en ambas, algo tiene que ver el gobierno.

Va la primera.

RETÉN MILITAR

En ocasiones, tránsito desde o para Cócorit a mi casa por el camino viejo, ese que debería de ser, la entrada natural a la cabecera de la comisaría, para bajarle dos rayitas a la excesiva circulación que tiene la calle California en el tramo Villa Bonita, llena de baches.

El caso es que, miércoles en la noche, lo hice de nuevo. La calle de terracería, permanece oscura y obviamente, también con sus hoyancos y por lo mismo, conducía despacio.

De pronto, dos vehículos frente a mi, en los dos carriles, tienen las luces encendidas y uno de ellos, igual prende una torreta.

Me acerco más despacio y veo como, desde ambos vehículos y desde las cajas traseras, brincan soldados con sus armas listas.

Madres, me dije, con que no me confundan y luego digan que fue un errorcito, argumentado me parezco al “chonte” o al “tuercas” (nombres inventados), sicarios profesionales.

Se acerca uno de ellos, mientras veo que los otros, apuntan sus armas como en alerta.

Sudo, respiro y rezo.

“¿Hacía dónde se dirige?”, pregunta

A mi-mi casa; respondo balbuceando

“Encienda la luz interior”, ordena con unos “destos” que ya los quisiera yo para un domingo.

Luz encendida, y, pregunta: “¿A qué se dedica?” Ufa, la pregunta de los 64 mil devaluados pesos. Me explico: Si en nuestro país, en los últimos años han matado más de cincuenta periodistas, incluido mi querido fundador de Medios Obson, Jorge Armenta y no se sabe nada, pues pienso rápido y decir que soy periodista, en un camino solitario y oscuro, pues, batallo para animarme a decirlo.

Momento, quiero decir que, también pasó por mi mente la posibilidad, como se ve en la prensa, que dichos militares no sean realmente militares, sino gente disfrazada, ¿verdad?

Soy periodista, respondo. Y agregó: Y también soy cocinero, y, si me hubieran comprado a mí los tamales que compraron hace rato en Villa Bonita, les hubieran gustado más…

Lo que pasa es que, unos minutos antes de esto, vi dos camionetas como estas, detenidas en un puesto de tamales.

“Pues estaban muy buenos”, me respondió el interrogador, hizo señas, me dejaron pasar y yo, solté el cuerpo.

He escrito aquí, que estoy de acuerdo con que existan más retenes policíacos-militares haciendo labor de inteligencia en Cajeme. Pero bueno, de eso a que lo hagan en un lugar oscuro y despoblado, hay mucha diferencia en la forma.

En cuanto llegué a mi casa, revisé la página de Medios Obson, pensando que, algún atentado había sucedido en Cócorit y por eso andaban buscando a los maleantes y fue el motivo porque me detuvieron. No había nada, y entonces me pregunté: ¿por qué? Y no tengo respuesta.

CUIDATE DE LOS ANIMALES

Y la narración inicia cuando, el viernes anterior, apurado, con el tiempo encima, llegué a un comercio, en Hermosillo, a comprar una pavera de aluminio.

Luego de una fila de 8 clientes pagando antes que yo (los conté), salí corriendo porque tenía que preparar una comida para quince personas y el tiempo lo tenía encima.

“Güerito”, me dijo una señora, y agregó: “¿quieres saber tu suerte?”

Bromeando le dije que, mi suerte estaba echada y, si para las 3 de la tarde no estaba mi comida entregada, 15 personas se acordarían de mi amá, y de tod@s mis ancestros.

Seguí caminando rumbo a mi carro, y ella detrás de mí, insistiendo.

“Dame lo que sea, pero creo debes de saber algo” me dijo.

Sus ojos verdes profundos, me miraban de arriba abajo, y recordé una ocasión que, una niña con ojos parecidos, me pidió en un bar, que le invitara un trago, en un idioma que no entendí a la primera.

Le respondí en español, que no sabía lo que decía.

Ella, alisó su cabellera muy negra, y en perfecto español de la madre patria me preguntó: “¿qué si queréis invitarme una bebida?”

Me pareció sumamente jóven y, sin decirle nada, de su bolso sacó una credencial donde acreditaba sus 22 años.

Reí, le dije que no, obtuve mi tabaco y salí.

Algo dijo, en su idioma y, supongo sería un conjuro, porque justo en la salida, un escalón que no ví, un tropiezo y caí al suelo tan chapo como soy.

Lo recordé porque, capaz y que ahora, ésta señora gitana de afuera del comercio en cuestión (que bien pudo ser la abuela de aquella niña), me avienta su maldición y anda vete, hasta se me quema la comida

“Solo tengo, $50 pesos”, le dije.

Acordamos y, ahí, junto a mi carro, me tomó la mano, puso sus dedos en el dorso de la mía, y su dedo pulgar recorrió mi palma.

No voy a decir que una corriente eléctrica fluyó de un lado a otro como un relámpago, pero sí, un profundo cosquilleo.

Entonces me dijo varias cosas, todas muy obvias como; que ya no me preocupara, que me iba a ir bien, que los negocios mejorarían, que el amor de mi vida tocaría de nuevo a mi puerta y así.

Me quedé con su última frase “cuídate de los animales”

Saqué mi billetera, procurando que no viera que en realidad traía $150 pesos en efectivo, le di los cincuenta, las gracias y me subí de prisa a mi carro.

Luego llegué a otra tienda, saqué mi billetera y… los otros 100 pesos ya no estaban… O los tiré, o la señora gitana es pariente de Arsenio Lupin, que también tenía algo de calé.

Domingo por la tarde. Comidas entregadas, cocina limpia, y, decido regresar a Obregón por carretera.

Vengo escuchando a Fleetwood Mac, conduciendo a 110 km/hr, lo cual es extraño en mí, cuando de pronto, rebasando un trailer, veo como frena, de sus llantas sale humo, se mueve hacía su carril izquierdo que es por donde lo intento rebasar, entonces y sin pensarlo, me paro casi en el freno de mi carro que derrapa hacía la derecha, casi a punto de tocar el trailer, y, frente a mí, o a nosotros, un par de vacas cruzan la carretera como si fueran las dueñas del pavimento o, su cuerpo fuese de hule, y, apenas, ambos, las pudimos esquivar.

Me detengo metros adelante, tiemblo, casi vomito, y recuerdo: “cuídate de los animales”

El caso es que, ya no sé si debo cuidarme de las vacas, o de los animales, de Capufe, SCT, Policía de Caminos o del dueño de ese ganado vago, pero, de que me asusté, me asusté, y mucho.

Pasa que, en estos tiempos cuando ya tenemos una carretera que anuncia el Gobierno como AUTOPISTA, este tipo de animales no deben estar en la misma.

Muchos, por su causa, han perdido la vida y aquí, no pasa nada.

Gracias.

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