CADA VEZ MÁS avanzan las embestidas criminales y hasta la madrugada de ayer ya sumaban dieciocho asesinatos en apenas siete decembrinos días, pese a que por doquier se observan autoridades policíacas y militares, principalmente, porque de plano a quienes no se le ha visto por ningún lado son a los de la Guardia Nacional. No se sabe a ciencia cierta a que se atribuye esa inacción en un municipio que se abate en medio de intensas llamas de violencia y muerte. Alguien comentaba que para poner orden en el municipio es necesario que alguien tome el mando de las acciones para desalentar los embates de la delincuencia y necesariamente tiene que ser una institución de la federación, pero lamentablemente nadie tiene el más mínimo interés en entrarle de frente al tema y no precisamente porque tengan miedo, sino porque saben que dirigir a más de seiscientos elementos policíacos, marinos y militares no es una tarea nada sencilla. Podría ser la considerada perla de la seguridad como es llamada por algunos comunicadores estatales la Guardia Nacional, pero resulta que aquí son más los desmanes que han protagonizado que los resultados que han ofrecido y esto deben saberlo el coordinador en Sonora, general, Benedicto Santamaría González y el propio titular de la institución, general, Luis Rodríguez Bucio, quienes no se han preocupado por poner orden entre el personal que se encuentra acuartelado aquí, mucho menos han intentado concientizarlos sobre la responsabilidad que les fue conferida al ser enviados al municipio de Cajeme, sin duda, el más violento de la entidad y ya debemos estar en el tercero o quizás en el segundo sitio del ranking internacional, muy por debajo de la gran urbe como es Tijuana y otros municipios del territorio nacional… RESULTA TRASCENDENTE que si la Federación no tiene la disposición y mucho menos la voluntad de asumir tal responsabilidad podría hacerlo la Policía Estatal de Seguridad que dentro de poco cambiará de nombre de acuerdo a los planes que tiene contemplados el gobernador, Alfonso Durazo Montaño, una vez que se incremente su estado de fuerza como está trazado hacerlo. Hay que decir que si alguna corporación policíaca ha dado resultados en Ciudad Obregón y el vasto Valle del Yaqui es precisamente la PESP con resultados tan tangibles como contundentes en materia de detenciones de presuntos sicarios, aseguramiento de armamento y de significativos volúmenes de droga, en muchos de estos logros se han coordinado con militares del 60 Batallón de Infantería que, por igual han rendido muy buenas cuentas a la sociedad sin necesidad de recurrir a deleznables prácticas como es el robo y saqueo de viviendas como ocurría anteriormente y como ahora lo hace la GN. Incluso cuando estuvo al frente de esa unidad militar el extinto general brigadier, Juan Manuel Aguilar Martínez, quien era originario del Estado de Chiapas y donde dejó de existir. Fue uno de los pocos mandos que a su paso por el referido Batallón de Infantería dejó notables logros en cuanto a decomisos de droga y captura de zares del narcotráfico. Era un mando militar singularmente operativo como también lo hizo el Coronel, Juan Casillas Marroquín, quien hace aproximadamente un año dio severos golpes al crimen por rumbos de la rielera población de Estación Corral… VOLVIENDO con el tema del mando único definitivamente va a hacer indispensable que se implemente y de esta forma en los mandos de alguna corporación recaerá esa delicada tarea y más a como están las cosas; cada vez más violentas y con inusitada escalada de muertes y una profusión jamás antes vivida, por lo que ha llegado la ocasión de que se pongan los puntos sobre las íes a las desbordadas acometidas que cada día son más atroces y crueles sin importarles a emisarios de la muerte contra quien tengan que disparar en su desmedido afán de cumplir con sus aciagas encomiendas. El grado de terror ha comenzado a rebasar niveles insospechados, aunque para ello cuentan con apoyo del ‘crimen uniformado’ lo que ya resulta un secreto a voces, debido a que los mismos agentes de la Policía Municipal lo dicen a hurtadillas y saben a ciencia cierta quienes podrían estar coludidos detrás de estos horrendos y bestiales crímenes, pero la gran mayoría al igual que una buena parte de la ciudadanía está a la espera de que actúen contra esos traidores a la patria cajemense y por lo consiguiente debe hacerse algo, no solo en el discurso sino de manera proactiva antes de que el derramamiento de sangre sea mucho más implacable… HAY QUE VOLVER a insistir que en la pasada firma del Acuerdo por la Paz, en su pronunciamiento, el mandatario sonorense, Alfonso Durazo Montaño, fue claro y enfático al afirmar que la inseguridad tiene gran parte de sus orígenes en la corrupción de servidores públicos que se dejan seducir por dinero fácil para involucrarse con grupos de asesinos como ha ocurrido en Cajeme, donde para nadie es un secreto que hay jefes policíacos que ahora disfrutan de dispendiosa forma de vida y eso es precisamente lo que tiene que investigar el estado como lo prometió que lo haría el Jefe del Ejecutivo sonorense. Sin embargo es algo que apremia, debido a que no pueden permitir que suceda lo mismo con la delincuencia que la dejaron crecer de manera condescendiente y ahora está convertida en un monstruo que, por momentos parece complicado combatir, pero hay quienes tienen la confianza en que habrá de llegar esa orden de depurar la Policía Preventiva y Tránsito Municipal que se ha transformado en un reducto de presuntos delincuentes con charola y uniforme, además de que con sueldo de guardianes del orden público, cuando para nadie es un secreto que en realidad sirven a ominosos y execrables intereses. Hay quienes van a pasearse hasta Xcaret cuando su sueldo no solventa y mucho menos soporta semejantes costos para hacer ese tipo de derroches, ahí tienen la clave señores del Centro de Evaluación y Control de Confianza, el llamado C-3, donde deben empezar a caer las cabezas de esos trúhanes vestidos de policías. En la medida en que se haga una profilaxis en las filas policiales el panorama habrá de cambiar porque ya no habrá fuga de información hacia los generadores de violencia y esto deberá ser crucial… DE ÚLTIMO momento, el comandante Rodrigo ‘Rigo’ Valenzuela Ortega, capturó el anochecer de ayer a un individuo que acababa de asaltar una tienda de conveniencia en Urbi Villa del Rey. Esas son las acciones de verdaderos policías, donde sale a relucir la vocación y convicción de elementos que tienen muy clara su visión de servir a la sociedad y no pierden en tiempo en trivialidades como lo hace el Comisario, Cándido Tarango Velázquez, encendiendo el árbol de Navidad en las afueras de la Jefatura de Policía y no es que estemos en desacuerdo con ello, pero es necesario saber priorizar y no distraer la atención de sus mandos medios para ese tipo de sutilezas, cuando Cajeme se está cayendo a pedazos con una grandilocuente inseguridad jamás antes vivida… BUEN ENCUENTRO se dio la tarde del lunes, deplorablemente en un escenario de muerte y dolor, en la colonia Severo Girón, en la Comisaría de Providencia, con el comandante Ramsés Arce Fierro, nuevo titular de la unidad operativa local de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC). Sencillo y afable, como siempre, el experimentado jefe policíaco charló con algunos comunicadores entre ellos el que esto escribe, recordando los tiempos en que estuvo en Cajeme como director operativo de la secretaria de Seguridad Pública por allá en los años 2006 y 2007. Trae buenos planes de trabajo. Se le desea el mejor de los éxitos en las labores de investigación y captura de buscados presuntos delincuentes, para bien de la sociedad cajemense que anhela vivir en paz y con absoluta serenidad y más en esta época del año donde deben prevalecer los abrazos y no balazos… Luego seguimos, Dios mediante.

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