INICIAMOS estas líneas con un tema que pareciera ser simple y sencillo, pero en realidad es algo delicado que deriva de graves irresponsabilidades por lo que debe ser atendido por la titular de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE). Se trata del desempeño de algunos médicos legistas que están asignados en las instalaciones forenses del edificio del Centro Integral de Procuración de Justicia, en Ciudad Obregón. Entrados en el asunto, le comentamos que poco antes de las 2 de la tarde del martes anterior, murió un jornalero que realizaba labores de riego en el block agrícola 504, Valle del Yaqui. El hombre contaba con 52 años y repentinamente se desvaneció en plena faena por lo que se pidió la intervención de paramédicos de Cruz Roja y estos atendieron el llamado y una socorrista determinó que el trabajador del campo ya no contaba con signos vitales y que probablemente había fallecido por posible infarto. Lo anterior se le comunicó a una doctora legista y ésta por las explicaciones que recibió de la paramédico dio por hecho que el hombre había fallecido por una deficiencia cardiaca, pero, lo cuestionable del asunto es que lo determinó a distancia, cuando su obligación era acudir al lugar a donde falleció la persona y más entendiéndose que expiró en la vía pública, aun cuando el óbito se dio en un terreno de siembra. No tenía por qué tomar esa decisión y expresar que los familiares eligieran los servicios funerarios de su preferencia. Cuestiono: ¿Señora fiscal está usted de acuerdo en el proceder de esta doctora legista que por los motivos que hayan sido no acudió a revisar ese cuerpo sin vida? ¿Cómo podemos hablar de una fiscalía modelo a nivel nacional si los médicos forenses por la causa que usted mande y ordene no atienden su trabajo? Una más, qué esto no es competencia de un Ministerio Público como para ordenar a la legista acudir a levantar el cadáver y practicarle la necropsia de ley, aun cuando hayan existido evidencias de piel cianótica que no es otra más que lo amoratado o el color azul de labios y dedos que ocurre por falta de oxigenación en el flujo sanguíneo… SOBRE ESTO mismo, hay que resaltar que un paramédico no tiene la facultad para determinar un causal de muerte como lo debiera hacer un profesionista de la medicina, de ahí que es necesario que el tema sea analizado y se apliquen las medidas pertinentes, ya que parece, según los enterados que por el cúmulo de trabajo algunos legistas son muy comodinos y no cumplen con su responsabilidad, cuando no tienen por qué existir esas irregularidades, además de que muchos pueden ser los factores que habrían provocado la muerte y por ello es importante que los médicos forenses hagan su trabajo, al igual que el Ministerio Público y lo expongo públicamente porque se comenta que no es el primer caso. Por igual habría que referir que en otros casos similares y por cuestiones del quehacer reporteril nos hemos enterado que los cadáveres son levantados y autopsiados, más cuando las personas fallecen en la vía pública, así que ahí le dejamos esa tarea a la fiscal estatal para que ponga orden entre los forenses, el personal de Servicios Periciales y los Ministerios Públicos para que no evadan sus responsabilidades que no les pagan con “piedritas”, además de que los deudos dolientes merecen todo el respeto y la atención de ellos como servidores públicos. Ahí está el precedente en mención… PUES, AUNQUE se tardaron más de dos años, pero salió la condena de 84 años, cuatro meses y 15 días para los sujetos que dieron muerte al niño Adán Ricardo, de 4 años y a su padre, Jesús Ricardo y además lesionaron a la pequeña Kamila Yamileth, de 8 años, hermanita del chiquillo que inocentemente murió en un ataque ocurrido cerca de las 3 de la tarde de aquel jueves 27 de junio del 2019, en calles Valman entre Santander y Bariloche, sección Salamanca del fraccionamiento Las Misiones. Grupo Medios Obson dio amplia cobertura de esta atrocidad con una transmisión en vivo en la que alcanzó una audiencia de más de 8 mil 400 personas conectadas, en un hecho impactante que provocó escozor, rabia e impotencia no solo en la sociedad cajemense y sonorense sino allende de nuestras fronteras. Hay que reconocer que la FGJE logró una condena ejemplar para esos criminales que siguen en las calles de Cajeme destruyendo vidas de niños, mujeres, jóvenes y hombres. Aunque el comunicado no refiere quien hizo la detención, pero es necesario evocar que esta ocurrió meses después en un cateo realizado por la Policía Federal –División Investigaciones—en una casa de seguridad ubicada en calle Valle de Belem entre Carlos M. Calleja y Valle del Yolko, en la colonia Ampliación Miravalle. En ese inmueble, agentes que dijeron parte de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) capturaron a trece presuntos sicarios que estaban refugiados en ese inmueble. Más de tres sujetos intentaron huir por la parte posterior de la vivienda hacia la calle Josefina Viuda de Gálvez, en la colonia Municipio Libre, pero los veloces federales se los impidieron, debido a que toda la manzana estaba rodeada. Indudablemente que fue uno de los logros más trascendentales de las autoridades federales que con extremado sigilo aseguraron a un buen número de presuntos delincuentes y sin hacer mucho ruido. De haberse prolongado su estadía en el municipio quizás habría influido para que en la administración anterior no se hubieran cometido los mil 518 homicidios que se tienen registrados… JUSTAMENTE Y EN apego a esos tangibles logros, mucho se ha insistido en que la encargada de la seguridad nacional, Rosa Ícela Rodríguez Velázquez, envíe a Cajeme a personal de Seido para que en una suma de esfuerzos con otras instituciones policíacas y armadas del país como Ejército Mexicano y Secretaria de la Marina, restituyan la tranquilidad en el municipio, aunque de antemano se sabe que policías federales trabajan solos y con excesiva discreción y de esa forma llegan a los objetivos que se proponen capturar como algunos que todavía pululan por estos contornos y deben ser dirigidos por su titular, Alfredo Higuera Bernal, en una estrategia que únicamente ellos conocen. Bueno fuera que ahora que el gobernador, Alfonso Durazo Montaño, lleva agendado el tema de la inseguridad en Cajeme ante el jefe de la nación, Andrés Manuel López Obrador, decidieran enviar a la Seido para apaciguar el ardiente y hostil ambiente que enfrenta la población con embestidas como las ocurridas durante lunes y martes con ocho asesinatos. De paso, sería primordial que de una vez por todas desmantelen al “crimen uniformado” del que Durazo Montaño se comprometió a combatir allá en los meses de abril y mayo del 2018… EN OTRA ARISTA. Resulta importante que la Fiscalía General de la República (FGR) de seguimiento a sus acciones como la realizada el pasado sábado en la colonia Primero de Mayo, donde mediante un cateo domiciliario, aseguraron a un individuo en posesión de un rifle AR-15 y una pistola calibre 9 milímetros, así como indeterminada cantidad de “crystal”. Ese tipo de operaciones son las que se necesitan en el municipio para atenuar por un lado las acometidas criminales y por el otro el comercio de drogas que sin duda es la principal causa de la elevada mortalidad que se vive casi a diario. En la medida que se avance con esos golpes por parte de la FGR que, en Sonora dirige Francisco Sergio Méndez, el derramamiento de sangre podría disminuir… AYER TOMÓ posesión en Villa Bonita, Juan Miguel Yoquihui Cuevas en un enroque en el que pasó su homóloga, Reyna Isabel Jacobo Campero, a la Delegación Sureste que en realidad es el Sector 11. Al seis enviaron al gallero Ignacio Iglesias, después de la traición que le hizo a su superior inmediato, César Iván Agüero Jiménez, quien fue removido del cargo por mitotes de quien se quedó en su lugar. Resulta que el tipo en vez de rendirle novedades a su jefe inmediato decidió hacerlo directamente a Adán Valenzuela Cruz, considerado como el Atila de la corporación, así que ya saben las virtudes de este tipo de apellido Iglesias para que lo conozcan los mandos medios porque su cargo no será eterno, como tampoco del resto de los jefes superiores de la SSPM. No hay que olvidar que todo tiene un fin, pero bueno, luego seguimos, Dios mediante.

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