La gente en Inglaterra ya no estará obligada a usar mascarillas en ningún lugar y se ha retirado la recomendación de trabajar desde casa a partir la próxima semana, anunció el primer ministro Boris Johnson, que añadió que los científicos creían que la ola de la variante ómicron había tocado techo a nivel nacional.
Johnson también dijo este miércoles que, aunque se seguiría exigiendo a la gente que se autoaislara, quería acabar eliminando el requisito legal de hacerlo.
“Debido a la extraordinaria campaña de refuerzos de vacunas, junto con la forma en que la población ha respondido a las medidas del Plan B, podemos volver al Plan A en Inglaterra y permitir que las regulaciones del Plan B finalicen a partir del jueves de la semana que viene”, dijo Johnson en el Parlamento.
Johnson sostuvo que el certificado obligatorio de Covid-19 terminaría, aunque las empresas podrían optar por continuar con dichos pases si así lo desean. Las medidas retiradas se introdujeron para frenar la rápida propagación de la variante ómicron en Inglaterra.
Reino Unido fue el primer país en limitar los viajes internacionales por la variante ómicron, lo que hizo saltar las alarmas sobre sus mutaciones, y en diciembre introdujo la recomendación de trabajar en casa, el uso de mascarillas en interiores y la exigencia de certificados de vacunas para frenar la propagación del virus.
Sin embargo, aunque los casos se dispararon hasta alcanzar cifras récord, las hospitalizaciones y las muertes no han aumentado en la misma medida, en parte debido a la campaña de refuerzos de vacunas en Reino Unido y a la menor gravedad de la variante.
El planteo de Johnson de evitar los confinamientos y convivir con el virus contrasta con el enfoque de tolerancia cero con el Covid-19 en China y Hong Kong, y con las restricciones más estrictas en muchos otros países europeos.
El ministro de Sanidad, Sajid Javid, dijo el martes que probablemente Reino Unido haya alcanzado ya el máximo de casos y hospitalizaciones.