DICEN QUE preguntando se llega a China y vaya que en el caso que les voy a compartir no se requirió de andar haciendo profundas excavaciones como las que hacen las Rastreadoras de Ciudad Obregón, para enterarnos qué había detrás de la agresión perpetrada por militares del 60 Batallón de Infantería contra un agente de la Policía Municipal que hasta ayer se hallaba comisionado en la Comisaría de Esperanza. Lo que sí resulta primordial es que el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, capitán de Navío de la Secretaría de la Marina, Claudio Cruz Hernández, desde ya debe tener bien plantados los pies en la tierra si en verdad quiere hacer huesos viejos en el cargo, sin que la población comience a repudiarlo como sucedió con su amigo, Cándido Tarango Velázquez, que llegó el extremo de que la sociedad lo aborreció en sumo grado. De tal forma, que cualquier cosa que dijera o hiciera bastaba para que lo crucificaran y terminó por culpar a los medios de comunicación de su infame desempeño y desgracia a su malhadado paso por Cajeme. Es fundamental que Cruz Hernández no se deje engañar por su director operativo porque no es honesto como pretende hacer creer a funcionarios, regidores y por supuesto que a él como su mando jerárquico. Más delante expondré irrefutables detalles. Vamos por partes… PUES RESULTA que el ataque de los milites contra policías municipales, se derivó de la detención que hicieron el pasado domingo en la mañana de unos elementos de la Guardia Nacional, debido a que deambulaban en avanzado estado de ebriedad en la citada Comisaría y en virtud de que se pusieron muy pesados como suelen hacerlo, los guardianes del orden público procedieron a arrestarlos. De lo anterior se notificó al jefe de Policía Preventiva y Tránsito Municipal, quien ordenó que los retuvieran y que él se encargaría que los elementos de la GN que estaban a cargo de la guardia de ese día se hicieran cargo de ellos y así sucedió. Fueron por ellos otros oficiales de la Guardia Nacional y seguramente que los trasladaron a sus instalaciones donde debieron haberles aplicado un correctivo. Huelga decir que no es el primer incidente que provocan estos elitistas militares. Incluso me atrevo a decir que son más los desmanes que han protagonizado estos individuos en el municipio de Cajeme que los resultados que han ofrecido en el combate a la delincuencia se refiere. Y, esto debe saberlo su titular, general, Luis Rodríguez Bucio, y el coordinador regional, Benedicto Santamaría González, quien, por cierto, no se ha dignado en poner orden entre los integrantes de esa institución que desde que llegaron a esta localidad solo se ha dedicado a escenificar actos indebidos, primero cobrando “cuotas” en tiraderos de droga y después intentaron agredir a policías de la USSI Norte y conste que aquí el papel principal se lo llevó quien estaba de comandante. Desconozco si el mismo o ya lo cambiaron, pero una cosa debe quedarle claro a estos personajes. Fueron enviados a combatir al crimen organizado para pacificar el municipio, cosa que no han hecho ni en lo más mínimo y, por otro lado, no hay ninguna ley que les permita andar ebrios en la vía pública y menos haciendo tropelías. Bien ese fue el motivo por el que un oficial del 60 Batallón de Infantería provocó este desencuentro con los gendarmes de Esperanza a eso de las 19:30 horas del martes en calle Niños Héroes entre Cuitláhuac y Tenochtitlan. El afectado, José Trinidad Gil Salazar, dijo la noche del martes a Cruz Hernández que él denunciaría los hechos ante la Fiscalía General de la República (FGR) a través de un Informe Policía Homologado, situación a la que se le debe dar seguimiento y de esto tiene que mantenerse muy al tanto, el delegado estatal de la FGR, en Sonora, Francisco Sergio Méndez y no desoír al policía golpeado porque los mílites incurrieron en delitos graves y deben ser sancionados. En total son seis… AL ESCUCHAR lo anterior, el titular de la SSPM, Cruz Hernández, en automático ordenó al director operativo, Jesús Navarro Velarde que cambiara a todo el personal de esa Comisaría para evitar eventuales confrontaciones, en vez de sentarse a dialogar con el comandante del 60 Batallón de Infantería, teniente coronel, Víctor Hugo Solís Trujillo, para llegar a buen acuerdo donde impere el diálogo y respeto. Es necesario que se entienda que no porque son militares, tienen el derecho de golpear a quien les venga en gana, como lo hicieron con Gil Salazar, argumentando que también a ellos los han detenido por andar borrachos en las calles de Esperanza. ¿Qué pensarán estos señores?, que porque son militares van a hacer y deshacer. Definitivamente que están bien equivocados. Nadie puede transgredir la ley, por el contrario, deben entender que el respeto y la admiración de la ciudadanía se gana con buen comportamiento. Ahora bien, si tanto es su afán de andar ebrios. Pueden hacerlo, sin faltarle el respeto absolutamente a nadie… CON ESA DECISIÓN, pareciera que Cruz Hernández, está dejando a la deriva a la tropa policial y eso no se vale. Entonces podemos colegir que salió peor el remedio que la enfermedad porque los llamados “sangre azul” no tienen el respaldo de nadie. De Navarro Velarde no se puede esperar nada, debido a sus pusilánimes y apocadas actitudes. De plano este señor no tiene capacidad ni para arreglar un pleito de borrachos. Hay quienes opinan que el nuevo responsable de la seguridad de los cajemenses, es una buena persona, pero se está dejando influenciar por el ave de tempestad en que es considerado Navarro Velarde y en eso tiene que tener mucho cuidado. Hay que ser claros. Ningún titular de la corporación le había puesto atención porque sabían que carece de sanos juicios contra sus compañeros. No vamos muy lejos, Cándido Tarango Velázquez, quien lo llamó el “señor de los libros”, ya que antes de ser mando el ahora jefe policíaco traía bajo sus brazos algunos libros, pero, en su momento, el mismo Capitán de Fragata, comentó que Navarro no es un hombre de confianza, además de que lo etiquetó de mitómano, una persona que es adicta a mentir y es muy dado a engañar a los demás, así que el Capitán de Navío debe pintar la raya con este individuo porque lo podría arrastrar al fracaso de su desempeño. De momento, hay quienes comentan que el mando militar no debió tomado esa arrebatada decisión solo por darle la razón a quien no la tiene, pero, en fin, luego veremos que sigue después de esto… LA TARDE del martes, se dio otro hecho que sin ser mal agorero pudo haber desencadenado en una tragedia de impredecibles proporciones, cuando un elemento de la Guardia Nacional llegó hasta los separos preventivos de la Jefatura de Policía con un detenido que entre sus genitales traía oculta un arma de fuego, ya que los señores de la GN no mostraron la capacidad necesaria para revisarlo debidamente al momento de practicarle el cacheo correspondiente, ah, pero para andar de briagos causando problemas para eso sí son campeones. No hay quien les gane. De no haber sido por el agente encargado de las celdas ese tipo hubiera ingresado armado a los separos y solo el bendito creador sabe que habría sucedido, pero de que hubiera cometido una barbaridad ténganlo por seguro que si lo habría hecho porque no solo estaba ebrio sino drogado. Sin caer en la exageración pudo haber cometido una masacre, pero fue detectado a tiempo. Es aquí donde se nota que algo está fallando en la SSPM y eso debe quedarle muy claro al alcalde, Carlos Javier Lamarque Cano y a los regidores, porque después de ahogado del niño habrían surgido un sinnúmero de soluciones, pero, por qué esperar a que suceda esto… POR ÚLTIMO para que vean que Jesús Alberto Navarro Velarde no es tan honesto como se jacta. Resulta que el señor a decir de agentes policíacos está cobrando más de cuatro mil pesos por semana por brindar vigilancia a cada una de las granjas avícolas y porcinas que pertenecen a un grupo empresarial, cuya razón social me reservo. Son varias. Hay que decir que malamente lo está haciendo. No puede, ni debe hacerlo porque ese recurso monetario debe ser ingresado a las arcas municipales. Volvemos a lo que siempre he referido de que la Policía Preventiva y Tránsito Municipal no es un negocio propio que gente como él y como también lo hizo en su momento el exinspector, Raúl Adán Valenzuela Cruz, es un acto indebido, así que ahí se lo dejamos de tarea para que lo averigüen. No tiene caso dar tanto brinco en lo parejo. Luego les traeré la historia de un trágico atropellamiento ocurrido por la calle Lago Superior, frente al Walmart Norte, ocurrido hace algunos años… Luego seguimos, Dios mediante.

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