ANABEL

Mar 17, 2022

Conozco a Anabel Acosta de hace muchos años. Puedo decir, que, cuando Twitter era una pequeña red social, en ocasiones, junto con Ernesto Flores, teníamos largas intervenciones, casi como si fuera un chat.

Alguna vez fue una de las participantes en un curso que desde la empresa donde laboro, dimos en las aulas del Itson y siempre fue, cuestionadora con una evidente necesidad de saber más sobre el tema.

Luego me toca participar con ella en su campaña a la alcaldía, donde fue muy evidente que el PRI estatal la dejó sola; nunca vi que le tiraran un “pial” desde Hermosillo y el equipo tuvo que rascarse con sus propias y limitadas uñas.

Y cuando esto pasa, cuando no existen voces de apoyo y contraste, las campañas suelen naufragar. Amigos y amigas, las elecciones, se ganan con ideas de muchos y también, con dinero, obviamente.

Luego entonces, a pesar de que Javier Lamarque tuvo menos votos de los obtenidos en el año 1997, cuando ganó por primera vez la alcaldía por el PRD (no creo que fue estrategia de Manlio, ganó a desgaste de zapato y calcetín), resulta que, volvió a ganar.

Muchas personas argumentan que, el PRI estaba en la lona, y fue cierto. El divorcio entre este, el gobierno en turno de Claudia Pavlovich y la escaza participación de la dirigencia estatal de ese partido, pues claro que, el resultado fue obvio.

Además, hay que sumarle que, en esa campaña, Rodrigo Bours, participando como candidato independiente, pero con fuerte influencia príista (recordar que se volvió candidato independiente luego de perder la interna contra Faustino Félix Chávez), pues también le restó votos y adeptos. Yo aún no lo entiendo, pero el “Pípigo”, luego de ir punteando en todas las encuestas al inicio de su campaña, se fue cayendo sin un motivo, a mi ver, específico. Pero esa es otra historia que espero algún día encontrarle la cuadratura al círculo y comentarlo aquí.

Además, hay que entender que, con la salida de Ricardo Bours de ese partido y su migración a Movimiento Ciudadano, alguien tan carismático como él, se llevó muchos votos a la opción naranja, aunque bueno, luego del doloroso desenlace de el entrañable Abel Murrieta, de que los votos migraron, migraron.

Supongo que entonces, Anabel, siendo una mujer analítica como lo es, llegó a la conclusión de que, ni al PRI nacional, ni al estatal, les interesaba la militancia de los miembros de su partido que, como parias, deben de pelear sus propias luchas, solos, abatidos y sin futuro y por lo mismo, renunció a ese instituto político.

Lo hizo, sin estridencia; sin reclamarle a Alito Moreno, el líder nacional, a quien no le importa un municipio tan pequeño como Cajeme buscando ser, el siguiente candidato a la presidencia de México en el 2024, donde, le van a cobrar desplantes y desprecios.

¿Qué sigue para Anabel? Aunque la he escuchado en entrevistas, que seguirá participando en política como independiente, supongo y por simple lógica, creo que invitaciones le han de estar lloviendo y pues, a como es, quizá las esté analizando.

A PROPÓSITO DE RODRIGO Y GUSTAVO

Hace algunas semanas, escribí lo que veía yo, en mi humilde y a veces equivocado análisis, sobre la actuación como regidores en la actual administración, tanto de Rodrigo Bours como de Gustavo Almada.

Del primero dije, equivocadamente, que, en su desempeño como regidor por segunda ocasión consecutiva, lo veía muy tranquilo y sosegado, nada que ver con lo inquisitivo que fue en la pasada administración de Sergio Pablo Mariscal. Luego entonces, aventuré que, quizá, se lanzaría en el 2024, ya no como independiente, sino bajo el cobijo de Morena. Error, y más delante explico.

De Gustavo dije, que lo veía muy participativo, en reuniones de colonias, eventos en su casa, haciendo presencia y escribí, que estaba haciendo lo conducente para ser de nuevo abanderado de su partido Movimiento Ciudadano para competir por la alcaldía en 2024.

Un acucioso lector y exégeta de las leyes electorales, se comunicó para decirme que, ni uno ni otro podrían ser candidatos a un puesto por la alcaldía. Y me dijo: “pueden ser candidatos a diputados, senadores o presidentes de la república, pero no, a alcaldes” Y me dio su argumento: Tanto Rodrigo como Gustavo, han sido regidores en dos períodos seguidos, y, eso significa que ya no podrán reelegirse, pues, aún cuando no hayan ganado en la contienda electoral, de acuerdo a sus votos, fueron elegidos para el puesto, aún cuando no sean alcaldes, ya fueron electos dos veces y la ley no permite una tercera.

Oraleeeeeeee….. tiene razón y eso explica muchas cosas.

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