Con la detención del ‘Narco de Narcos’, RAFAEL CARO QUINTERO, el pasado viernes en Choix, Sinaloa, tanto el presidente de la República, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, como la jefa de la Administración de Control de Drogas (DEA) por sus siglas en inglés, ANNE MILGRAM, han hecho declaraciones al respecto que no checan una con la otra. Habría que ver entonces quien de los dos es el mentiroso, que nos quiere ver la cara. Le explicamos: El presidente AMLO, en su mañanera, casi todos los días, desde ese viernes, ha venido asegurando que la captura fue un trabajo exclusivamente de la Marina Armada de México, a cargo del general JOSÉ RAFAEL OJEDA DURÁN y la Fiscalía General de la República (FGR) y que para nada intervino la DEA de Estados Unidos, ni antes, ni en el lugar y el momento, ni después. Sin embargo, la jefa de la DEA, Anne Milgram, dio a conocer que hace tres meses ella le había informado al gobierno mexicano la ubicación de Caro Quintero, exactamente en el lugar donde fue detenido, todo producto de una investigación de un equipo especial de agentes de esa fuerza de seguridad que ella encabeza. Y si eso fuera poco, JOSÉ OROZCO TOCAVEN, jefe de comunicación social de la Marina, sin expresar necesariamente que lo hace para desmentir a AMLO, dijo que siempre ha habido ese intercambio de información con el Gobierno de México y agregó que el accidente donde murieron 14 marinos y uno permanece gravemente herido, en Los Mochis, nada tuvo que ver con la captura de Caro Quintero, aunque en este enredo en el que no se ponen de acuerdo, el propio AMLO en una de sus mañaneras dejó entrever que los marinos muertos sí auxiliaron en la detención del capo. Aquí solo nos resta destacar puntos que no le ayudan a AMLO. El primero, que a muchos mexicanos no les parece que sea producto de la casualidad el hecho de que la detención del capo oriundo de Badiraguato, ocurrió inmediatamente después de la visita del presidente mexicano al vecino país. Y la segunda y la peor, que, si nos vamos a mentirosos, él ha sido el presidente de México que más mentiras le ha echado a sus representados usando sus conferencias mañaneras, donde en el último conteo ya le andaba rosando a las 100 mil mentiras en lo que va de su sexenio. Luego, entonces, con lo anterior, no es muy difícil colegir quien de los dos es el mentiroso, entre AMLO y la jefa de la DEA de los Estados Unidos……………….. Y en otras lindezas de nuestro presidente déjeme preguntarle si se acuerda cuando hace unas semanas en su mañanera dijo claramente al referirse a los ministros de la SCJN: “A mí no me vengan con que la ley es la ley”, que, en otras palabras, es lo mismo que decir, “A mí no me interesa la ley, yo hago lo que se me da en gana”. Pues bien, ahora resulta que el señor, sin respetar los amparos de indígenas que se oponen a la construcción del tramo 5 del Tren Maya, declaró la obra como de seguridad nacional, y ordenó que las máquinas reanudaran su trabajo en un episodio más en que el presidente y sus cercanos viola la Constitución. La gravedad de esto, no es tanto el que vaya a complementar la obra del Tren Maya, sino que, de aquí para adelante, por el desespero que carga por prolongarse en el poder, dejando en la presidencia a uno de sus incondicionales, vaya a querer declarar de seguridad nacional cualquier obra que se le antoje llevar a cabo, sin los permisos correspondientes, como en este caso, aunque tenemos entendido que ya le había parado esa intención hace unos dos tres años………………. En otros temas, pero de los mismos regueros que hace AMLO, dice el analista RAFAEL CARDONA, que actualmente al Gobierno Federal le están temblando las corvas, al darse cuenta de la dimensión del error que cometió el mandatario, al pelarse con la iglesia católica a partir de la ejecución de los dos sacerdotes jesuitas en Chihuahua. Pero sobre todo desde que el obispo JAVIER ÁVILA, dijo al despedir a los fallecidos, que ya no nos alcanzan los abrazos para cubrir los balazos y el presidente, en lugar de solidarizarse con ello, los acusó de hipócritas y de estar apergollados por la oligarquía: Como que se le olvidó que en México, él ganó con 30 millones de votos, de los 126 millones de mexicanos que somos, pero resulta que de estos un total de 110 millones son católicos que ahora le están resultando como enemigos, aunque él quiera dorar la píldora alabando al PAPA FRANCISCO, pero es evidente que sus alabanzas no le alcanzan para tapar el gran error que cometió. Esto implica que la iglesia tiene un enorme poder al que se está enfrentando López Obrador, con el que seguramente no podrá. Y cheque esto: En este país hay 7 mil parroquias, o sea, hay alrededor de cuatro iglesias por cada uno de los 2,400 municipios, al grado que ninguna organización social en México tiene esa amplitud y esa presencia y mucho menos esa fuerza. Por eso, cuando una organización como la iglesia pide al Gobierno que haya mayor seguridad, la respuesta más normal que se esperaría, sería su solidaridad y un llamado a la colaboración entre todos los mexicanos, al respeto, a la concordia, incluso presentar condolencias y hasta enviar una carta de su sentir por lo que está pasando. Se hubiera esperado que llamara por teléfono a la nunciatura y enviar esa carta al Papa, pero, en cambio, reaccionó de una manera muy descontrolada, quizás impulsado por la soberbia o por esa costumbre suya de no soporta que nadie le lleva la contraria, en lugar de entender que la iglesia es una presencia social incomparable en este país y en el mundo, simplemente se les fue encima y los llamó hipócritas y apergollados por la oligarquía. El caso es tan grave para AMLO que el clero le respondió, pero ya no con palabras, sino con lo que va a pasar el próximo domingo, con una movilización de millones de personas, que se ha presentado como una jornada de oración, pero que es en esencia una jornada de protesta y cuando la iglesia protesta al presidente de la República le empiezan a flaquear las fuerzas para pelear contra ellos. Por eso es que ahora inicia su propio concurso de ver cómo puede adular al Papa, diciendo que es una de las grandes presencias morales del mundo, independientemente de la religión, pero esto ya es producto de su desespero.