Y vaya que las deseadas lluvias por unos, han pasado a no ser tan bien vistas por otros, pues mientras la geografía estatal y municipal reverdecen -y la sequía disminuye-, por otro lado, la infraestructura urbana está convertida en un verdadero muladar.

Desde hace bastantes años que no se veía la ciudad tan devastada a pesar de los esfuerzos del presidente municipal, quien al llegar en 2021 se dio cuenta que la vara estaba muy baja en cuanto a las exigencias de los cajemenses y ante tal situación optó por irle dando a la tapada de baches a un ritmo aceptable, máxime que las calles habían estado prácticamente en el abandono por su antecesor de la misma marca política.

Y se dice que la vara era muy baja, porque los ciudadanos ya no veían respuesta en seguridad pública, en alumbrado, en desarrollo económico, en obra pública, por decir solo unos rubros, por lo que ya había quienes decían: “con que solo taparan los baches”. Y así fue: Lamarque le empezó a pegar una “manita de gato” a las calles, esperando recursos para corregir calles completas, como el programado para la calle 200 y ser la punta de lanza para la conveniente pavimentación con concreto.

Pero bueno, este verano de 2022, sobre todo a finales de julio, Tláloc empezó a hacer de las suyas y las lluvias han sido la constante a partir de esas fechas, de ahí que el semblante de los actores del sector primario ha cambiado y ya se les ve la sonrisa, a pesar de otros avatares de las políticas públicas que los pudieran poner en desventaja en los próximos años.

Empero, por otro lado, los funcionarios encargados del desarrollo y de la imagen urbana, al parecer han estado poniendo “changuitos” para que el cielo deje de soltar agua y la ciudad no se desfigure más de lo que de por sí ya está.

Hoyos por aquí, hoyos por allá, en el norte, en el sur, en el oriente, en el poniente, en el centro, de todos los tamaños, redondos, ovalados, cuadrados, estrellados, alargados. Por supuesto que también han surgidos los reyes de los baches, los temidos socavones, los cuales no solo descomponen suspensiones y truenan llantas, sino que también en ocasiones se “tragan” a los carros. Pregunten a Gorgonio.

Esta es Cajeme, también apodada “Bacheme”, la cual trae al alcalde en apuros, al grado que ya se anuncia la suspensión de las obras de La Laguna del Náinari y de la Ciudad Universitaria, a fin de mejor invertir los recursos en tapar baches, ya que éstos –al parecer-, si deciden elecciones.

Se dice por los politólogos afines a Morena que el presidente Lamarque no pretende en 2024 la candidatura a la Senaduría, por motivos que solamente él sabe; pero también se sabe, que sí anhela la reelección a la alcaldía, la cual ahora se encuentra colgada de alfileres, pues las lluvias pudieran replicarse en los dos años restantes ante el aparente cambio de ciclo, ahora generoso en precipitaciones.

A pesar de que hasta el momento en Cajeme, no hay una oposición política a la vista –un poco aletargada- y aun cuando ésta no madure lo suficiente para las vísperas del 23-24, de cualquier forma los aguerridos baches pudieran dar al traste con los anhelos del hoy alcalde, pues si los mismos siguen proliferando, es muy posible que su carrera por la reelección pudiera quedar en un hoyo, ante el no tan sorpresivo voto de castigo, que pudiera resultar a favor de alguno de sus adversarios.

Al presidente municipal no le queda más que centrarse de momento en esa todavía vara baja de la que hablábamos haciendo un trabajo de cantidad y calidad, ya que las exigencias en otros temas pudieran ir subiendo de tono conforme avance la administración. Los ciudadanos ya no piden queso…lo que quieren es salir de la ratonera.

HUMO BLANCO EN LA COLIMA. Y donde salió humo blanco el fin de semana, fue por los rumbos del Partido Acción Nacional en Cajeme, en donde fue ungido como dirigente el conocido cajemense Roberto Campos Lugo, un hombre con trayectoria que en su vida laboral ha tenido posiciones de importancia tanto en lo privado como en lo público: sector financiero, tesorería municipal, inspección y vigilancia, sector salud estatal, etcétera. En pocas palabras no es Cristo nuevo y le entiende bien al negocio del abarrote.

Lo acompañarán en este reto ciudadanos ampliamente conocidos, como Cristhyan Bojórquez Díaz, Karina Ivonne Dvorak Olea, Agustín Rodríguez Flores, Alejandro Martínez Soto, entre otros.

Por supuesto que llama la atención la ausencia de algunos notables panistas, pues se dice, muchos de ellos ya han emigrado hacia a Morena y otros están en stand by ante la desdeñada alianza por los azules de pura cepa, los cuales no quieren saber mucho de mezclas contra natura, aunque ya la hayan normalizado desde la cúpula.

 De verdad que se tendrá que hacer un esfuerzo sobrehumano para volver a posicionarse como en aquellos años estelares del blanquiazul, pero el problema radica en encontrar a la persona con perfil ganador que los vaya a abanderar en las próximas pizcas, pues de equivocarse, vendría mayor decrecimiento y pudieran pasar incluso a quedarse sin regidor alguno, como le acaba de pasar al PRI. De Campos mucho dependerá…

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