Pablo Beltrán

La ley matamoscas

Y vaya que harto escozor ha provocado entre los productores agrícolas del país, el anuncio de que ya está en el Senado las reformas ya aprobadas en la cámara de diputados, en donde viene la prohibición de una serie de productos químicos y sustancias relacionados al combate a las plagas, que son comúnmente utilizados en el campo mexicano.  

Los hombres de la pala, incluyendo los del Valle del Yaqui, ya pegaron el grito en el cielo y cuestionan al gobierno que, sí de qué se trata esta brutal embestida, vista así, sabedores que con las plagas recurrentes tendrán rendimientos “pichurrientos”, que los hará mejor abandonar la actividad.

Y claro que lo anterior, ya no solo es un tema de una ocurrencia de algunos y el enojo de los productores, sino que esto va más allá de eso: muy poco se le estaría apostando a la autosuficiencia alimentaria, pero, además, ante los bajos tonelajes, los precios se irían hasta las nubes ante la eventual escasez de productos del campo, lo que a la sazón generaría una espiral inflacionaria endemoniada.

Claro que algunos de los argumentos esgrimidos por el legislador de origen al modificar la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, son las afectaciones a la salud que se provocan a los humanos con la sobreexposición a estos productos; sin embargo, al parecer no se proponen medidas de control en el uso o las alternativas con las cuales en forma sustitutiva se puedan combatir los insectos y plagas, de ahí que, en caso de imponerse  en fast track, los campos pasarían a convertirse en viles páramos con la misma velocidad. Todo un tema.

Ya salió prudentemente el secretario de Agricultura, Víctor Manuel Villalobos Arámbula, quien con inteligencia aludió a que estas medidas prohibitivas en su caso deberían de ser paulatinas, mientras se encuentran soluciones eficaces.

Pues bueno, muy pronto veremos si se da el mayoriteo en la Cámara de Senadores, como cámara revisora, y ahora si ya vendría en serio el pánico con la gente del surco, tan así que ya se escuchan pláticas quejumbrosas por rumbos de las comunidades del Valle, sabiéndose de una muy en particular: Rumualdo, un joven jornalero, le preguntó a un veterano del agro que sí cómo le iban a hacer ahora con los insectos y plagas, a lo que Don Gumersindo -hombre de bronce con huarache de tres puntadas-, le espetó: ¡pues ni modo que con matamoscas *endejo!…

Mientras tanto en Cajeme, ante tal situación penumbrosa, dicen que un agrónomo retirado, vecino de la Municipio Libre, ex regidor, ex profesor del ITA 21, asiduo a las redes sociales y ahora converso al morenismo, respecto a los legisladores de la propuesta, solo se limitó a decir: “…ahora sí, ni cómo ayudarles…”.

DERECHOS DE VÍA.  Y para no dejar a otro sector sentido, ahora los de CAPUFE se van con todo en contra de los comerciantes instalados a los lados de la carretera federal estación Don-Nogales (paradores), a los cuales se les “invita” a pasar a la delegación de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes a regularizarse, so pena de ser procesados por la vía penal bajo figuras previstas por la Ley General de Bienes Nacionales.

Será muy interesante ver la actitud que tomen los comerciantes ante estas medidas, las cuáles por supuesto que deberían de ventilarse, en primer orden, al tenor de los procedimientos administrativos, sin acudir al “brazo que aprieta”, pues el derecho penal es la ultima ratio y en el caso estamos hablando de gente de trabajo y productiva.

Con el paso de los días ya se verá más claridad sobre el tópico. Se espera se llegue a buenos acuerdos, pues de no ser así, seguramente habrá mucho amparista en las listas de acuerdos de los juzgados de Distrito.

DE SEMÁFOROS Y COSAS PEORES. Y lo que sigue sin funcionar adecuadamente en Cajeme, lo es el tema de la semaforización, pero no solo por aquello de la sincronización de las luces, sino que ahora, ya abundan los semáforos apagados.

De verdad, aun tratando de comprender el tema de los baches, con todas sus aristas, poco entendible lo es el que, en arterias sumamente importantes, existan semáforos inutilizados desde ya hace muchas semanas, sobre todo en cruceros claves para la movilidad ciudadana.

Uno de los cruceros afectados lo es el de la Miguel Alemán con la avenida Cajeme, precisamente donde se encuentran los hoteles de la entrada norte, y justamente en uno de ellos se asienta la Mesa de Jesús –Félix Holguín-, quien con sus “apóstoles” y demás cafetómanos disfrutan a lo lindo del acontecer político del país, estado y municipio.

Ahora llamada también como la Mesa del Triunvirato, dicen que sus tres líderes (JFH-SVM-FF) se encuentran muy preocupados por el crucero de marras y su difícil acceso, a tal grado que al parecer ya se aprestan a poner a prueba como “novatada política” a un nuevo miembro de la mesa –ante la falta de policías- para que vaya de meritorio a dirigir el tráfico en la esquina con silbato en mano, mientras arreglan el semáforo.

No se sabe a ciencia cierta quién es este próximo héroe cívico, pero pronto se sabrá…enhorabuena.

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