Bécker García

Estaba cargando gasolina, y, mientras el proceso seguía adelante, revisé mi celular. Me había llegado un vídeo, donde un ciudadano aseguraba que iba a marchar el siguiente domingo (es decir este que acaba de pasar), en defensa del INE, y que él no se merecía los insultos con los que el presidente los etiquetaba: ‘Clasistas’, ‘racistas’, ‘rateros’, ‘deshonestos’, ‘hipócritas’, ‘corruptos’, ‘corruptazos’, ‘neoliberales’, ‘conservadores’, ‘cretinos’, ‘simuladores’, ‘inmorales’, ‘fifís’, ‘ladinos’, ‘aspiracionstas’, ‘sabiondos’, ‘abyectos’, ‘serviles’, ‘barberos’ y ‘lambiscones’, fueron los insultos que el Jefe de Estado usó para referirse a los ciudadanos que asistirán el domingo 13 de noviembre a la marcha en defensa del INE.

Entonces fue cuando me pregunté: ¿Este es el presidente de tod@s l@s mexican@s, o nada más de los que lo siguen a ciegas?

Pedí mi factura, y veo que, de 500 pesos que pagué, el 16% fueron de impuestos, sí, esos impuestos que van a parar directamente al libre destino que nuestro presidente desee, aunque nos insulte a muchos. Digo, es algo así como si imaginamos que tenemos un empleado al que le pagamos, y resulta que nos insulta por sus pistolas. Porque, no hay que olvidar, AMLO vive de nuestros impuestos y, de entrada, lo hace en un carísimo palacio. ¿Okei?

Y conste, entiendo que, con la pretendida reforma que don Peje quiere hacerle al INE, buscando que regrese al control del estado (es decir de él que así se siente dueño), no pensó que se daría un balazo en el píe.

Acostumbrado a salirse con la suya, nunca imaginó la reacción de la sociedad civil, reunida en una marcha para repudiar los cambios electorales y tratar de impedir, que, de nuevo, sea el Gobierno quien decida quien vota y quien no vota y cómo vota.

Claro, en la llamada reforma, hay puntos buenos como ese de reducir las plurinominales, pero, también existen puntos terribles que nos regresarían al pasado.

La marcha, por ejemplo, en la Ciudad de México, tuvo, fácil, más de 100 mil personas que llenaron Paseo de Reforma y eso no lo vio venir el de Macuspana, y, con las agresiones verbales, provocó que muchos indecisos salieran a marchar.

Supongo bajo mi óptica, que AMLO está seguro que en el 2024 de nuevo Morena se llevará la elección presidencial, pero, no como a él le gusta, no lo hará con todas las canicas en su buchaca.

Y basta con los ejemplos: si en el 2018, Morena arrasó y tuvo, junto con sus partidos satélites, mayoría absoluta en la cámara de diputados, en el 2021 no le fue tan bien, y tuvo hasta que aliarse con su odiado PRI para sacar la reforma constitucional que permitirá la militarización en las calles hasta el 2028.

Y bueno, lo negro de la marcha, fue la presencia de esperpentos antidemocráticos como Elba Esther Gordillo, Roberto Madrazo y hasta el tal, Alito Moreno.

La cuestión, el meollo del asunto, es que nunca esperaron tal asistencia a las marchas en muchas ciudades de la república, y, con tanta participación, seguramente a don Andrés le dio chorrillo al ver lo que sucedió en la Ciudad de México, donde su partido en el 2021 perdió 9 de 16 alcaldías, cuando, desde 1997 era su bastión y su poder y, ya no lo es tanto.

La oposición como tal, nunca ha logrado lo que se logró este domingo pasado, pero eso no significa que lo puedan capitalizar, sobre todo porque no se ven figuras importantes que puedan competir contra las “corcholatas” de AMLO.

Por supuesto que esta puerta que se abrió, puede ser usada como el principio de un movimiento, pero, pues tampoco es mágico.

Con tanto dinero que se reparte entre la población con menos recursos, MORENA tiene casi asegurado su triunfo en el 2024, salvo que surja alguien que capitalice el hartazgo que provoca entre la sociedad civil el desprecio que Andrés demuestra contra quienes no lo siguen como al Lazarillo de Tormés, a fe ciega.

Don Andrés Manuel, tan buen competidor electoral, no midió este paso y quizá, solo quizá, se dio un balazo en el píe.

Ya lo veremos.

DONDE ANDAN NUESTR@S DIPUTAD@S

Se acaba de votar en el Congreso de la Unión, el presupuesto para el siguiente 2023, con solamente 4 pequeños cambios.

Sí, vienen recursos para fortalecer a las policías municipales y estatales, pero, nada para infraestructura urbana.

Y es entonces cuando uno se pregunta; ¿cómo quieren recuperar el antaño limpio Cajeme si no le meten dinero?

Y la respuesta está en que, por ejemplo, para nuestra flamante diputada cajemense, Gabrielita Martínez, el destino de nuestra llena de baches y sucia ciudad, le importa un bledo.

Esperemos a ver que hacen los locales, el Pollo Castelo, doña Ernestina Castro y el otro que la verdad, se me olvida hasta su nombre, porque no propone nada.

Pobre Cajeme.

Gracias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *