Dayan Lagarda

EL TIEMPO

Con la reciente polémica sobre las quemas en cultivos del Valle del Yaqui, la preocupación tanto de agricultores como de ciudadanos está presente, debido a que algunas de estas prácticas son necesarias para el bien del cultivo.

El espárrago es una de las siembras que necesita ser quemada para desvarar y triturar el follaje, una vez que la planta se ha dejado crecer y secar, para luego quemarlo en su totalidad, a fin de estimular el rendimiento del cultivo y obtener una mayor utilidad de la producción, todo esto mediante un permiso especial.

Para el doctor, Juan Manuel Cortés Jiménez, investigador y especialista en Agricultura de Conservación del Campo Experimental Norman E. Borlaug, esta acción es igual de dañina que la quema de gavilla, la cual equivale 14 toneladas de soca en maíz y 9 de trigo.

“Sé que existe un permiso para los productores del Valle del Yaqui con el cual pueden quemar el espárrago, pero no por eso deja de afectar al medio ambiente”.

El investigador comentó que, las quemas agrícolas se llevan a cabo para eliminar residuos de cosechas, aves, ganado y en este caso para un mejor desarrollo del producto, pero al lanzarse las multas aplicables a estas prácticas se desconoce qué sucederá con el espárrago, ya que es igual de contaminante que otros residuos.

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