El arzobispo de Canterbury coronó al rey Carlos III en una lujosa ceremonia en Londres este sábado 6 de mayo, colocando en la cabeza del monarca corona de San Eduardo mientras se sentaba en un trono del siglo XIV en la Abadía de Westminster.

El rey, quien sucedió a su madre Isabel II cuando ella murió en septiembre de 2022, recibió anteriormente una serie de insignias históricas, desde orbes dorados y espadas enjoyadas hasta un cetro que sostenía el diamante tallado incoloro más grande del mundo.

En el momento más importante de este acto protocolario, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, colocó sobre la cabeza de Carlos III la suntuosa corona de San Eduardo, del siglo XVII.

Sentado en la silla de roble de San Eduardo, considerado el mueble más antiguo del Reino Unido y colocado sobre un piso de mosaico medieval, Carlos III fue coronado tras recibir las distintas insignias reales, que simbolizan las responsabilidades como el jefe de Estado británico hasta el día de su muerte.

Ataviado con una capa dorada, el primado de la iglesia de Inglaterra le entregó al rey el guante blanco del poder.

Por último Welby le colocó la corona de San Eduardo, hecha en oro y decorada con rubíes, amatistas, zafiros, granate y topacios, la única vez en su vida que el monarca la llevará.

Antes, el monarca fue ungido con aceite consagrado por el arzobispo de Canterbury, el rito religioso más solemne de la liturgia de la coronación, que requiere que el monarca esté temporalmente oculto al público.

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