Miguel Ángel Vega C. 

Desdeña presidente AMLO a pacientes con cáncer 

Primero fue desaparecer el Seguro Popular, para crear el INSABI que fue un soberano fracaso, lo que provocó una afectación de niños y adultos tanto hombres como mujeres con cáncer, sobre todo por faltas de terapias, atenciones a tiempo y por supuesto escasez de medicamentos. Y ahora el señor presidente ANDRES MANUEL LÓPEZ OBRADOR, sale con la insensatez de desaparecer 35 normas de salud, mediante las cuales los pacientes no solo de cáncer sino de otras enfermedades como diabetes e hipertensión son atendidos y se les da seguimiento a sus tratamientos, pero el señor dijo que esas normas no eran importantes y de un plumazo las desapareció. Ante ello se encendieron las alarmas en el país, sobre todo del gremio médico que saben el daño que eso significa para los pacientes de esas enfermedades, pero principalmente el cáncer, con lo cual el mandatario está cancelando de tajo las esperanzas de vida, de los pacientes con cáncer que antes podían sobrevivir a la enfermedad, sufriendo, pero sobrevivían. Hay un doctor especialista en la materia de San Luis Potosí donde se desempeña como presidente del gremio médico, de nombre ANTONIO CHALITA MANZUR, quién le envió una sentida carta al presidente López Obrador, para tratar de concientizar que dé marcha atrás con esa medida, porque sería la causa de una estela de muerte, en el país, toda vez que esas 35 normas son esenciales, para que pacientes de diabetes, hipertensión y otra enfermedades, pero sobre todo de cáncer, reciban primero sus detección temprana, después su tratamiento y el seguimiento con la atención pertinente a su enfermedad, pero para el señor presidente esas normas no tiene importancia. Lo más malo de todo es que el presidente se pasa por el arco del triunfo la opinión de los expertos y toma sus medidas de manera unilateral, sin importarle el daño letal que le cause a la sociedad. Muy pero muy lamentable. Por cierto, el doctor que le envió la carta, le marcó copia a HUGO LÓPEZ GATELL, el llamado “Doctor Muerte”, que seguramente se limpiará con ella allá donde le platiqué, porque el señor, hace lo que el presidente le dicta, al igual que la mayoría de la 4T……………. Interesante el mensaje que vaya a dar el canciller MARCELO EBRARD CASAUBÓN, después de la reunión con el presidente AMLO. La duda es que, si lo metería al redil, por la rivalidad con CLAUDIA SHEINBAUM PARDO, o que pasaría, pero sobre todo cuál será el contenido del mensaje del canciller después de esa reunión.….. El 7 de junio debe ser un día de celebración, donde más allá del discurso y las palabras, realmente seamos testigos de que la Libertad de Expresión merece un respeto irrestricto por parte de los gobernantes, sean de cualquier color o provengan de cualquier partido político. Porque la Libertad de Expresión no es una graciosa concesión que se le hace a periodistas o comunicadores, se trata de una virtud social que favorece a los ciudadanos y les garantiza información de calidad, les ofrece distintas ópticas editoriales para enterarse de los acontecimientos y con ello les abre un abanico de opciones para elegir lo que más se adecúa a sus ideas. Pero la Libertad de Expresión, como un derecho inalienable de todas las sociedades está amenazada: por intereses políticos, por la obsesión del poder; por la incapacidad e inmadurez de algunos gobernantes que no aceptan los cuestionamientos o las críticas; por grupos de poder que se sobreponen a las autoridades democráticas y por un discurso de odio polarizador que posiciona a quienes critican a los gobiernos en turno en el bando de los traidores a la patria, cuando lo único que hacen es exponer lo que con pruebas se demuestra está mal. México es el país más inseguro del mundo para ejercer el periodismo; esto nos ubica ante autoridades que en el discurso se dicen protectoras y respetuosas de la Libertad de Expresión, pero que en la realidad buscan la manera, así sea la más vil, para acallar a quienes les resultan incómodos. Vivimos en medio de la violencia generalizada y los periodistas no estamos exentos de la misma; pero nuestro trabajo nos obliga a estar en el frente de batalla, a reportear información que nos hace vulnerables y blanco de diversos grupos criminales; pero igual estamos ante gobiernos que son omisos en sus obligaciones de garantizar los ataques a la Libertad de Expresión. Los periodistas no tenemos más herramientas para defendernos que nuestros espacios informativos; seguir presionando y cuestionando a esas autoridades que se niegan a ser transparentes, demostrarles la corrupción que impera en sus gobiernos, dejar constancia del abuso de poder, mostrarles lo que son y descubrir sus mentiras, sus fraudes, los ofrecimientos incumplidos y los contubernios que se dan entre el poder político y los grupos criminales. En Sonora, como en el resto del país, la situación para los periodistas no es la mejor. Acá encontramos también gobiernos municipales y funcionarios estatales, que se aprovechan de su poder, que amenazan, acosan judicialmente, instigan al odio y apelan a la censura legal como método para silenciar a sus críticos. En Sonora también se mata periodistas, también se les envían mensajes intimidatorios, también se les censura y excluye; en nuestra tierra también existen los discursos de respeto, pero que en realidad esconden un ataque sistemático, un intento por debilitar empresas, por callar voces, por lograr controlar los medios y sus opiniones.  Allí es cuando las mentiras acaban por corroer toda posibilidad de conversación. Y sin conversación no hay diálogo, sin diálogo no hay consensos y sin ellos, sociedad. En nuestra realidad, donde las redes sociales se han convertido en una tumultuaria conversación donde no existe moderador y por tanto es fácil desinformar; los nuevos comunicadores del oficialismo pretenden establecer que la medida para validar a un reportero o periodista son la cantidad de “likes” que recibe, cuando lo que debería imperar es si habla con verdad, tiene credibilidad o los datos que sustentan su información son verificables y confiables. Las redes sociales, también son una nueva herramienta para atacar y desprestigiar, con el dinero público se crean granjas de cuentas falsas, a través de ellas se distribuyen mentiras, se fustiga al mensajero sin desmentir al mensaje, se organizan campañas negras para desprestigiar. Esto que aquí se escribe no son meras palabras o conceptos, son producto de una realidad que vivimos a diario los periodistas de México y Sonora. Por ello es necesario que ante tanta desigualdad empecemos a considerar la idea de igualarnos en la ley, de que, si a los periodistas se les aplican leyes draconianas y lesivas, también desnudemos a los censores, se les castigue y no se les permita participar en la función pública. Muchos de esos funcionarios y funcionarias que ahora se aprovechan de sus cargos para perseguir periodistas, lo pensarían dos veces; a quienes les gusta la aplicación de la ley, cuando se aplica en deterioro de sus críticos, también les pondría un freno. Vamos igualando el piso y que el ejercicio del periodismo y la Libertad de Expresión tengan garantías legales, porque las palabras ya vimos que no bastan, son insuficientes y en no pocas ocasiones surgen de actitudes de hipocresía. 

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