Milton Martínez Estrada

Aplicarán la ley a médicos estéticos

A los médicos estéticos de Sonora les llegó la hora de enfrentar las consecuencias de sus actos ante la justicia.

Resulta que las personas que acudían a supuestas clínicas especializadas para aplicarse botox, ácido hialurónico, tratamiento anti vello facial, liposucciones no quirúrgicas o procedimientos de fotorrejuvenecimiento, no cuentan con un respaldo legal si algo sale mal.

Sí. Quienes enfrentan efectos secundarios graves luego de practicarse alguno de estos procedimientos estéticos no pueden defenderse legalmente con facilidad porque no existen leyes que regulen estas prácticas estéticas.

Así como lo leen. De total impunidad gozan estos supuestos especialistas de la belleza.

Andan presumiendo por la vida con muchos casos de éxito, pero ocultan y arrastran lamentables episodios de fracasos.

Les cuento esto porque la semana pasada, el Congreso sonorense organizó una serie de foros de consulta para socializar la iniciativa, que meta en cintura a muchos charlatanes que se hacen pasar por médicos estéticos.

Las consultas tuvieron verificativo en Nogales, Hermosillo y Cajeme donde se compartieron datos muy interesantes.

Según registros de la Asociación de Médicos Estéticos en el Estado de Sonora, hay cerca de 150 médicos que realizan medicina estética, los cuales han reportado atención de cerca 7200 casos de personas que fueron afectadas por mala praxis estética.

Ajá. Y esto tuvo que ver con el mal manejo de aparatología, procedimientos mal aplicados o por la aplicación de sustancias alteradas, entre otras muchísimas causas.

Si se hicieran un promedio por el total de estas intervenciones que terminaron mal, se sabría que al menos un paciente por semana sufre alguna complicación durante su intervención estética.

¿Quieren más datos de horror?

La Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios, COFEPRIS,  reportó en 2018 que existía un problema general de clínicas estéticas que operaban sin que cuenten con los avisos, ni las autorizaciones sanitarias correspondientes.

El problema estadísticamente es una imagen clara de la catástrofe y el por qué de la urgencia para robustecer el marco legislativo en la materia.

De las 4 mil 322 clínicas verificadas de cirugía estética, al menos 510 reportaban anomalías serias y 264 ameritaban la suspensión de sus actividades.

No es broma. Esto significa que el 11.5% de los establecimientos verificados operaban sin requisitos elementales de validez y el 6% de ellos debían ser de inmediato clausurados.

La magnitud del problema es evidente.

La diputada morenista, Ernestina Castro, es quien presentó la iniciativa mediante fundamentos más que válidos.

«El no estar debidamente regulada la actividad de medicina estética repercute en la propagación de estas ‘clínicas de belleza’ cuyo riesgo por malas prácticas es considerable.

«Existe la posibilidad de que algunos pacientes sufran un daño a la salud a veces curable y en otros casos irreversible, además del menoscabo patrimonial que sufren al pagar estos servicios, también deben de cubrir los gastos por atenderse en mucho de los casos en hospitales privados por no prestarse en hospitales públicos servicios especializados de medicina estética

«Además los pacientes pueden sufrir afectaciones en la salud desde físicas hasta psicológicas».

La representante de la Barra Mexicana del Colegio de Abogados, capítulo Sonora, Liliana Bernal, expuso que la aplicación de sustancias en pacientes genera reacciones porque no son aplicadas por personas especializadas en medicina estética.

«Los afectados con estos procedimientos no cuentan con un marco legal expreso que sancione y señale las consecuencias para con quienes sean los responsables de esta mal praxis», fundamentó la abogada.

Además relató que uno de sus colegas tuvo que librar la batalla legal de una mujer que se había sometido a un procedimiento de botox porque una de las jeringuillas utilizada en el procedimiento lastimó el nervio óptico de la paciente y le costó la pérdida del sentido de la vista.

Uf ¡Qué lamentable!

Por este y otros miles de casos, la iniciativa contempla la adición al Título IV, un Capítulo I BIS, denominado DE LA MEDICINA ESTÉTICA, el cual se integraría por los artículos 6 BIS; 6 BIS 1; 6 BIS 2; 6 BIS 3; 6 BIS 4 y 6 BIS 5; todos, a la Ley de Salud para el Estado d e Sonora.

Ahora, quienes practiquen la medicina estética deberán contar con título de médico general, médico cirujano o licenciado en medicina expedido por las instituciones de enseñanza superior o las instituciones de salud reconocidas oficialmente y, en su caso, con certificado que acredite capacidad y experiencia en la realización de dichas prácticas expedido por instituciones de enseñanza superior, instituciones de salud reconocidas oficialmente o por instituciones que cuenten con el aval y reconocimiento de cualquiera de las instancias anteriores.  

Esto es lo que uno tiene qué saber. Nos leemos la próxima semana.

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