Una situación poco habitual ocurrió en una playa de Florida, EEUU, luego que un tiburón mako de entre dos o tres metros de largo encallara en la orilla, por lo que los bañistas tomaron la temeraria pero valiente decisión de devolverlo al mar.

Todo comenzó cuando el matrimonio de Tina y Josh Fey viajó desde Texas a Pensacola Beach para celebrar su aniversario. En un momento, un amigo de ellos levantó el dedo y señaló al agua. Allí se veía la aleta negra del escualo. Estaba a dos o tres bancos de arena de distancia de ambos.

El tiburón siguió nada hasta la orilla. Allí, terminó quedando varado en aguas poco profundas.

Tras esto, llamaron a salvavidas y funcionarios de la vida silvestres. Sin embargo, les dijeron que, al ser un depredador marino, no podían hacer nada.

En vista de la situación, optaron por salvar al animal ellos mismo bajo su propio riesgo, reseñó El Nuevo Herald.

Los bañistas tomaron al tiburón por su cola para intentar llevarlo de vuelta a un agua más profunda. Otras personas se sumaron para salvar la vida del animal marino.

En principio, el gran pez empezó a forcejear, aparentemente molesto porque lo movían de un lado a otro. Sin embargo, conforme se adentraba más al mar, se fue calmando para finalmente alejarse de la orilla y perderse de vista en el agua.

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