El adiós a AMLO

Milton Martínez Estrada

El presidente Andrés Manuel López Obrador visitó Sonora casi una treintena de ocasiones durante su sexenio de 2018 a 2024.

La gira de trabajo de este fin de semana que inició en la Planta Fotovoltaica de Puerto Peñasco, prosiguió en tierras Comcáac y concluyó en Territorio Yaqui va a ser la última del jefe del Ejecutivo a la entidad.

Justo el sábado que revisó actualizaciones al Plan de Justicia del Pueblo Seri, en Desemboque, se observó un primer mandatario nostálgico, con el ánimo de seguir al frente de la nación, para concluir con su causa, consolidar la Cuarta Transformación del país.

Este quien les escribe ha atestiguado, como periodista, la conclusión de los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y AMLO en Sonora.

De Fox es imposible decir mucho, lo más cerca que estuvimos de él cuando fue presidente, sería a unos 30 metros de distancia siendo optimistas.

En el caso de Calderón, siempre lejano a la prensa, solo se acercó a los reporteros en su gira del adiós, se le escuchó decir “dejé alma, vida y corazón para gobernar a México”.

Estas palabras fueron pronunciadas el 13 de julio de 2012, en su séptima gira por Sonora, al inaugurar el puente a desnivel entre los bulevares Antonio Quiroga y García Morales.

Reconoció que hubo errores durante su administración y hasta estuvo cerca del llanto. Mi opinión fue que andaba pasadito de tragos y se puso sentimental

También estuve presente en la última visita de Enrique Peña Nieto, cuando inauguró el Hospital General de Zona No. 5, en Nogales, pronunció algunas de las palabras que me advirtieron que los políticos viven en una burbuja que los hace sentirse intocables, inalcanzables e inmerecibles.

Con un donaire expresó: “No es frecuente que el Presidente vaya (venga) a estas distancias, pero yo celebro estar aquí, de verdad, porque bien vale la pena”. 

Apenas y había dicho esto y me pregunté: ¿Y qué quería Peña Nieto, que le llevaran el hospital en helicóptero a la Ciudad de México para que lo inaugurara ya construido y luego que lo regresaran a Nogales?

Inconcebible, pero así era Peña Nieto, y debe seguirlo siendo, porque sus dislates eran tan orgánicos como su abultado copete.

El sábado 6 de julio de 2024 salí de mi casa en Nogales a las cinco de la mañana para ir a El Desemboque (Haxöl Ii Hom en idioma Comcáac) en Pitiquito.

Un largo viaje en carretera que comprende una ruta de Nogales- Santa Ana- Caborca- Puerto Libertad- El Desemboque de los Seris, unos 440 kilómetros de buenas y malas carreteras.

Desde mi opinión particular, AMLO vino a presentar a Claudia Sheinbaum con la comunidad Comcaac y la etnia Yaqui.

Habló de su inminente salida de la vida pública del país al terminar su sexenio. Destacó que Lázaro Cárdenas, a quien llamó el mejor presidente mexicano del siglo XX, no terminó la primaria.

Indicó que Benito Juárez, el mejor presidente de México de todos los tiempos, apenas llegó a la licenciatura y llegó el momento de referirse así mismo: “Bueno en lo que a mí corresponde, también, de milagro terminé la licenciatura”. Unas palabras que causaron mucha gracia entre los presentes.

Incluso, uno de los integrantes de la comunidad Seri lo interrumpió para gritarle: “Te amo, Andrés Manuel”. El presidente recibió el comentario con empatía y el resto del público allí presente también.

Aprovechó para recordarle a todos que Sheinbaum cuenta con un doctorado, a manera de analogía que si otros presidentes con menos grados académicos habían logrado una transformación del país, la primera presidente de México tendría más elementos para obtener un mejor resultado.

El nostálgico tabasqueño no dejó de mencionar que sus recorridos por el país, incluyendo el llegar al indómito corazón del desierto donde se ubica Desemboque de los Seris, lo han mermado.

“Las fatigas afectan el cuerpo, porque así es la naturaleza. Yo digo yo que estoy aflojado en terracería, son muchos años, y que ahora que ya estoy por jubilarme, ando no muy bien de lo que yo llamo carrocería, pero hace como un mes y días traigo motor nuevo, me cambiaron el motor”, relató.

AMLO tuvo una “tuneada” de la que no sabíamos nada. Presumió que la carrocería, el físico lo tenía delicado, pero el “motor” es nuevo. Sinceramente desconozco a qué se refiera con esta expresión; lo que sí es que sufrió en dos ocasiones de enfermedades cardíacas.

¿Habrá sido intervenido del corazón, nuevamente, con resultados positivos? Es La Siguiente Pregunta.

Al final del evento en Desemboque de los Seris, AMLO firmó y autografió libros de su autoría. Allí, se le acercó el secretario de Asuntos Indígenas y Campesinos de Morena Sonora, Carlos Corrales.

Ambos se abrazaron y se despidieron. Se recordaron que juntos lucharon contra el fraude presidencial de 2006, que la Educación en México debe ser elevada a la “Máxima potencia de la imaginación” y el presidente tomó de la cara a Carlos para agradecerle que lo haya acompañado en su camino todos estos años .

Un momento por demás emotivo. Hay nostalgia, claro. Me dice mi colega y amiga, Shaila Rosagel, de El Imparcial, que en Palacio Nacional cada mañanera se respira ese aire de tristeza porque las conferencias de prensa matutinas van a acabar.

Mis reconocimientos al presidente, entiendo que el país no está del todo bien, pero al menos no se respira ese aire de corrupción que se desprendía de la estructura de los gobiernos anteriores.

Gracias por la lectura. Estamos en contacto y a la orden.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *