Lorenza Sigala

La indignación, el dolor y la exigencia de justicia se hicieron presentes en el cruce de los bulevares Encinas y Rodriguez, donde familiares de la pequeña Juliana Adaly bloquearon calles como protesta.

La niña perdió la vida el pasado 15 de abril en el Hospital Integral de la Mujer del Estado de Sonora (HIMES), donde sus seres queridos acusan negligencia médica por parte del personal médico y de enfermería.

Juliana nació por cesárea, y según la abuela materna, Irma Isabel Vergas, desde el primer momento presentaba signos de aspiración de meconio: “le escurría excremento por la naricita”, relató. Por ello, aseguran que no recibió la atención médica oportuna, y que la falta de empatía y profesionalismo del personal contribuyó directamente a su fallecimiento.

A una semana de su muerte, la familia aún no recibe el cuerpo completo de la bebé. Denuncian que en el Servicio Médico Forense (SEMEFO) se encuentra el cuerpo, pero sin órganos, los cuales presuntamente siguen en el hospital, “bajo análisis”. Esta situación ha levantado aún más sospechas e indignación.


“Estoy exigiendo justicia para mi nieta, mi nieta murió por negligencia medica en el Hospital de la Mujer, en el Hospital del terror, el hospital del horror y no conforme con eso se aprovecharon de la vulnerabilidad de mi hija para hacerla firmar un papel para que ella permitirá analizar el cuerpecito de mi nieta ella pensaba que le iban a quitar un pedacito algo así como una biopsia y que nos la iban a entregar el cuerpecito lo entregaron afectados SEMEFO”, expresó.

Los afectados también hicieron un llamado a las autoridades: al Gobernador de Sonora Alfonso Durazo, al Alcalde de Hermosillo Antonio Astiazarán, y al Secretario de Salud José Luis Alomía, así como la titular del IMSS bienestar Gabriela Nucamendi Cervantes exigiendo una investigación transparente y justicia por la vida de la bebé.

Apoyándose en el artículo 1º de la Constitución Mexicana, los familiares subrayan que el derecho a la vida debe ser garantizado desde el primer instante de existencia. “Nuestra Juliana fue privada de ese derecho por quienes juraron protegerlo”, sentenciaron.

Con pancartas, globos y lágrimas, la familia de Juliana busca visibilizar un problema que aseguran no es aislado, para que este tipo de tragedias no se repitan.

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