Rafael Rentería / MO

Cada 30 de junio, la Nación Comca’ac da la bienvenida a un nuevo ciclo con la celebración del Año Nuevo Seri, una festividad profundamente espiritual que se vive en conexión con la naturaleza del desierto sonorense y el Mar de Cortés.

Jesús Alfredo Félix Segovia, gobernador tradicional, dio a conocer que este evento coincide con la primera luna nueva del verano, atrae a visitantes de todo el mundo y representa un momento de renovación, tanto para el entorno como para la comunidad.

“Esta fecha, marcada por antiguas creencias y fenómenos naturales, ocurre poco después del solsticio de verano y del Día de San Juan, momento clave para los pueblos originarios del desierto, quienes reconocen este periodo como el inicio de las lluvias”, contó.

Destacó, que este Año Nuevo representa un renacer espiritual, además que, durante la festividad, las mujeres recolectan frutos silvestres con los que elaboran un vino ceremonial, símbolo de unión con la tierra, elixir se comparte con los asistentes como parte de un ritual que conecta cuerpo y espíritu con el entorno.

Félix Segovia añadió, que además de ser un evento cultural, el Año Nuevo Seri ha ganado proyección internacional, con turistas provenientes de Europa, Asia y América que acuden para presenciar esta expresión de identidad ancestral.

“Este año, la comunidad también celebra la inclusión, al contar por primera vez con una mujer al frente del Consejo de Ancianos, reforzando su compromiso con la equidad sin perder la esencia de su legado milenario”, indicó.

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