MIENTRAS QUE la inseguridad no solo continúa reflejándose en los constantes robos a negocios, domicilios, escuelas y personas, así como despojos y hasta balaceras como sucedió la tarde de ayer por rumbos de la Nueva Palmira y ni qué decir del atentado que sufrió joven residente de la colonia Constitución en la Libertad, donde le tirotearon su vehículo. Lo mismo que la agresión a cachazos que perpetraron dos peligrosos gatilleros contra un vecino de la Valle Dorado y quienes de paso siguen paseándose como Pedro por su casa y así van a continuar, esto no cambiará, en tanto no se instrumente la anunciada depuración de Policía Preventiva y Tránsito Municipal, comenzando con Cándido Tarango Velázquez, el capitán de marina metido a Policía. Hay que decir que según él creyó que sería muy sencillo atender ese cargo y resultó todo un galimatías para él, además de que en su conducta personal continúa actuando visceral y erróneamente con innecesarios movimientos del personal operativo… RESULTA POR DEMÁS cuestionable que no ha entendido que la Secretaría de Seguridad Pública no es un negocio propio y mucho menos le pertenece como pudiera elucubrar en sus trastornados dislates, porqué aunque él pregone y se jacte de que ahí solo manda él, es necesario recordarle que el máximo jefe de las fuerzas armadas en el municipio es el alcalde, Carlos Javier Lamarque Cano y le guste o no él es un simple servidor público, aunque ni siquiera ha mostrado las trazas suficientes como tal, debido a que solo la lleva generando serios conflictos a la institución y al gobierno municipal. Pues bien, resulta que ayer al mediodía que se dio cuenta que el comandante, Carlos Iván Agüero Jiménez, a quien la semana pasada se le nombró inspector de policía y al día siguiente él lo removió, ahora que fue nombrado encargado del Sector ocho que comprende el área oriente de la ciudad, de inmediato invalidó nuevamente esa comisión y por sus pistolas lo envió de nuevo a las tropas a la Comisaría de Providencia, demostrando con ello una vez más su soberbia e ínfulas de poder que lo pintan de cuerpo entero como un auténtico megalómano, en un intolerable proceder de una persona que no debe detentar un cargo tan delicado y mucho menos actuar con los intestinos, porque para empezar hay que recordarle que primero que nada debe comprender que es un empleado del municipio de Cajeme, aun cuando diga que tiene “buen padrino” político en la Ciudad de México, pero, cualquier oficial de la Secretaría de la Marina tiene que mostrar su preparación académica si es que cuenta con ella y sí así es, ni con los achaques de la edad deben olvidársele, por lo que es necesario que esto lo conozca tanto el titular de Semar, José Rafael Ojeda Durán, como el representante del Gobierno Federal en Sonora, Jorge Taddei Bringas, a fin de que se tomen las medidas pertinentes, ya que con sus arrebatadas decisiones está generando una mayor atmósfera de cisma en el vulnerado rubro de seguridad pública, en Cajeme… MUCHO SE HA dicho que no fue traído para eso y mucho menos para soportarle sus arrogantes desplantes que estamos seguros que no los comete ni el mismo secretario de Marina, Ojeda Durán, al considerársele un hombre altamente preparado y educado, pero a este señor Tarango no sabemos de dónde lo sacaron. Si su comportamiento habría sido contra los delincuentes otra estrella nos iluminara a quienes habitamos este destino sonorense, pero lamentablemente este señor ni hace y mucho menos dejar hacer sino por el contrario tensa más el ambiente de animadversión que lo rodea entre la sociedad cajemense que no se cansa de exigir su salida del edificio de las calles 300 y Jalisco. Para nadie es un secreto que se ganó a pulso ese repudio ante su aciago desempeño que, hoy como nunca mantiene las calles anegadas de sangre, al no actuar contra grupos criminales como era su deber y compromiso. Primero fueron sus mentiras y después sus altaneras actitudes contra la tropa. Hay que volver a insistir en que se está tardando en dejar el cargo. Incuestionablemente pasará a la historia como el más infame secretario de Seguridad Pública que, en malhadada hora llegó a Ciudad Obregón… PUES RESULTA que al remover del cargo a Carlos Iván Agüero Jiménez nombró al comandante Teodoro Sánchez Medina que hasta anoche estaba a cargo de la Comisaría de la colonia Marte R. Gómez y se desconocía quien asumiría esa encomienda, pero es necesario decir que lejos de construir con esas desacertadas decisiones solo está soliviantando las complicaciones en un entorno de acentuado cisma que, se vive en el seno policíaco. Por qué nunca se comportó así con el depuesto inspector, Adán Valenzuela Cruz, a pesar de que seguramente sabía que estaba cobrando cuotas a mandos medios y embolsando jugosas sumas de dinero por resguardar valores de algunas empresas hacia instituciones bancarias. Que no se le olvidé que su chófer, Lázaro Arredondo, se lo delató personalmente y ni así procedió en su contra. Hay mucha oscuridad en algunos asuntos que los que él tiene que ver, pero, en su momento todo se sabrá. También ahora se le cuestiona el por qué no mandó a la tropa a Valenzuela Cruz y lo comisionó en la Academia de Policía, seguramente que cuenta con gran acervo policíaco, pero de lo malo, porque ni modo que vaya a decir que tiene mucho que enseñar. De plano, son muchísimas las iniquidades… LO MÁS LAMENTABLE es que sigue sin cumplir con la vigilancia y prevención del delito y por ello la noche del lunes fue asesinado otro menor de edad que trabajaba en una tienda de abarrotes en la colonia Santa Fe. Se trata de un adolescente que apenas contaba con 15 años. Sin tener el más mínimo conocimiento de los hechos, el mando militar, se aventuró a decir que se trató de un asalto, cuando en realidad fue un ataque directo. Inclusive la misma Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) emitió anoche un comunicado al respecto, donde asegura que personal de esa institución trabaja en las investigaciones, cuando Tarango Velázquez, presumió que él estaba coadyuvando con las pesquisas y al unísono se escucharon las voces de rechazo en la Jalisco y Yaqui, al expresarse que mejor se ponga a vigilar y prevenir los delitos que, de las diligencias indagatorias se harán cargo ellos y no lo necesitan para nada quedando de manifiesto una más de sus disparatadas expresiones… EN OTROS ASUNTOS, es muy probable que en lo que resta de esta semana agentes federales caigan de sorpresa a la Jefatura de Policía Preventiva y Tránsito Municipal y no vayan precisamente a saludar a varios agentes de los que se rumora ya tienen informes sobre sus posibles nexos con la delincuencia organizada. Incluso se sabe que ayer arribaron cerca de medio centenar de federales que se habían quedado varados en la ciudad de Culiacán, Sinaloa. Evidentemente que traen muy bien definidos sus objetivos, así que no les extrañe que al primer policía que caiga otros emprendan el vuelo hacia los Estados Unidos o algún otro lugar… SOBRE ESTO mismo, solo habrá que recordar el caso del presunto secuestrador preso, Jonathan Ernesto Moreno Acosta y su principal cómplice aún prófugo de la justicia, Juan Ramón Torres Soto, quien es muy amigo de Adán Valenzuela Cruz y Ernesto Alonso Valenzuela, pseudolíder de la Policía Municipal. El asunto se pondrá bastante interesante. Por lo pronto, quienes andan muy nerviosos y marcando el paso son algunos miembros de la Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC) por lo que no tardan en darse los cambios necesarios entre el personal que comanda el comandante, Ramsés Arce Fierro. Lo mismo habrá de suceder también entre algunos secretarios de las agencias del Ministerio Público del Fuero Común que son muy ‘comunicativos’ con los enemigos de la sociedad y esto les ha redituado pingues ganancias hasta para traer carros último modelo. Aunque no se crea, pero es mucho el nerviosismo que impera en el edificio de la Jalisco y Yaqui. Por lo pronto hasta aquí le dejamos, pero todavía hay mucho que contarles como aquella ejecución cometida afuera del edificio de la FGJE, así que luego seguimos, Dios mediante.

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