Dayan Lagarda / MO

Pese a que la sequía es catalogada una catástrofe para la agricultura, este fenómeno ha cambiado la forma de realizar esta práctica en el Valle del Yaqui, ayudando a la conservación de otro recurso vital como son los suelos.

Juan Manuel Cortes, investigador de Inifap, señaló que, lo principal fue disminuir la quema de gavilla, la cual realizaban los productores para poder preparar sus terrenos rápido para los segundos cultivos, pero ante la eliminación de estos por la falta de agua, esta mala práctica se fue a la baja.

Comentó que la quema se daba sobre todo en donde se había sembrado trigo, cultivo el cual ahora tuvo una disminución importante para este ciclo, pues permisos para este tipo de cereales no hubo.

El investigador expreso que todos estos fenómenos están dando un respiro a la tierra, por lo que se tiene que ver lo bueno dentro de lo malo, pues para poder recuperar una capa de 3 centímetros de suelo se requieren mil años.

No desacredita que la situación actual es pésima en temas hídricos, pero para los suelos es una forma de descanso el que queden sin cultivar e incluso sin rastrear.

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