Nuestro alcalde, Javier Lamarque, aprende de su administración pasada.

Me explico en base a una declaración: “Para la designación (comisari@s) se prevé una consulta a la población y luego establece las características para la consulta; dice que puede ser una asamblea, pueden ser visitas domiciliarias, pueden ser consultas con personajes representativos, puede ser un sondeo, puede ser una encuesta, pero nunca habla de una elección””, y agregó: Los comisarios o delegados no son sujetos electivos, los delegados, las delegadas, los comisarios, las comisarias son funcionarios del Ayuntamiento designados y nombrados por el Ayuntamiento, auxiliado por el método correspondiente.”

En su primer mandato como alcalde, (1997-2000), Lamarque, en un acto de apelación a una supuesta democracia, prefirió la votación de los habitantes de las comisarías para elegir a su comisario y a su vez a los delegados.

En la pasada administración, Sergio Pablo Mariscal (¿le suena el nombre o ya nos olvidamos?), eligió dicho método, el de la votación, para hacer los nombramientos de comisarios y delegados. El resultado fue, que en Pueblo Yaqui ganó un militante príista-panista, el Freddy Verduzco, en Esperanza una líderesa tricolor, Marisela Váldez y en Cócorit, la morenista Martha Elena Ramírez.

Desconozco la filiación partidista de l@s otr@s comisarías, pero supongo, eran simpatizantes de Morena.

Cito el caso de Verduzco y Váldez, porque al final de cuentas, se puede decir que un partido distinto al del alcalde, le ganó a su partido Morena cuando habían barrido en las elecciones constitucionales.

Hago hincapié en Cócorit, pues, contando con la amistad del exsecretario del Ayuntamiento, Ascensión López Duran, la señora Ramírez se sintió más que fuerte y no seguía lineamientos del alcalde, lo cual y grillas aparte, impidió que terminara su mandato, provocando cierto distanciamiento entre Mariscal y López.

Pasa también, como ha pasado cuando se eligen a los comisarios, que luego se sienten una especie de “presidentitos”.

En cierta ocasión, en una platica, le decían a cierto comisario sobre un tema, y le aconsejaban que primero lo comentara en palacio: “a mi, me eligió el pueblo, nada me pueden hacer” Ups..

Yo no recuerdo como le fue a Javier con sus comisarios, pero tiene lógica lo que, contrario a lo de antaño, hogaño utilizará otros métodos para elegir a comisari@s y delegad@s. Porque es su facultad, y él, quien fue el que más votos tuvo en la pasada elección, debe de tener coadyuvantes que hagan frente a las políticas públicas que desde su oficina marquen como directrices.

Recuerdo que, Ricardo Bours, en su administración municipal (2000-2003), se opuso a que existiese una votación, y, en cambio, sus regidores, de todos los partidos que se ganaron el privilegio de participar en cabildo, recorrieron comisarías y delegaciones buscando a las personas idóneas.

Aparte de eso, logró que cada una de ellas, tuviera maquinaria y también, servicio de recolección de basura, ya que nunca antes había pasado.

En la administración anterior, de nada sirvió que los comisarios y delegados fueran elegidos, porque, si la ciudad completa estaba en el olvido, pues las 5 comisarías estaban para llorar.

Cócorit, por ejemplo, en ocasiones contaba solamente con una patrulla, y no siempre con gasolina. Llamé en una emergencia, por unos escandalosos que ocuparon la calle junto a mi casa para beber y escuchar música a todo volumen (siquiera hubiese sido rock, pero era reguettton), y me dijeron que por lo pronto la única patrulla estaba atendiendo un pleito familiar, pero que, en cuanto se arreglaran los catorrazos entre una pareja, irían a revisar. Yo creo que el pleito duró mucho, o que siguen dándose trancazos, porque nunca llegaron, y los borrachos o se cansaron, o se les acabó el alcohol y se fueron.

Hace muchos años, los comisarios tenían más poder, porque controlaban también a la policía. Luego, a alguien se le ocurrió, creo que para bien, separar la policía de las labores administrativas propias de una comisaría.

¿Porqué?, bueno, porque los comisarios son ciudadanos, sin entrenamiento policíaco, y entonces había ahí una discrepancia de criterios. Es lo mismo, cuando el alcalde no elige a sus ayudantes, y entonces puede que ambos “jalen” para rumbos distintos.

Pero lo más importante que debe de tomar en cuenta el alcalde Lamarque, es tener en su corazoncito a las comisarías y delegaciones, porque, en la anterior administración, desde el ayuntamiento, solamente iban por el cobro de prediales y, los beneficios o mantenimiento, brillaban por su ausencia.

Y pongo un ejemplo: varios vecinos de Cócorit, se juntaron para hacer un hermoso mural en la barda principal de la plaza. Unos pusieron mano de obra, otros pintaron, otros hicieron la obra de “realce” y algunos aún ahora siguen aportando cierta cantidad para mantenimiento.

El día de la inauguración, el ex alcalde Mariscal fue a dar su discurso y romper el listón. Ofreció, 40 mil pesos para una obra que vale 20 veces más, por su valor artístico, por los materiales utilizados y demás. Se paró el cuello y, la lana, nunca llegó.

Semanas después, inauguró una obra con el nombre de Ciudad Obregón en la laguna del Nainari. Me cuentan algunos artistas, que en la misma se invirtieron algunos millones y, pues, eso no se vale. Pedí por transparencia los detalles del costo de las letras, y sigo esperando. En cuanto me llegue la información, haré comentarios. Pero, sirva lo anterior para ver las discrepancias entre lo que sucede en la Ciudad, y en las olvidadas comisarías.

A PESO LOS TRANCASOS

Apenas y va iniciando la administración del gobernador Durazo, y ya es un secreto a voces el agarre que traen varios de sus secretarios.

El más sonado, es entre el actual Secretario de Finanzas, Omar del Valle Colosio, contra el jefe de la oficina del Ejecutivo Estatal, Rodolfo Castro Váldez.

Omar, hasta donde tengo entendido, realizó un excelente papel cuando lo nombraron encargado de la oficina de entrega recepción, y, con eso, se ganó la titularidad de Hacienda, la misma que Castro Váldez creía tenerla en la bolsa.

Entonces el segundo, el que quería ser, está moviendo sus piezas para ponerle piedritas en el zapato al primero, es decir a del Valle Colosio, quien es más prudente y menos agresivo, hasta ahorita.

Si esto apenas inicia, y ya es vox populi el agarre, pues, no sé que pasará dentro de un año.

Yo no seré como el pelochas Jorge Morales (quien a toda costa quiere imponer agenda), pero, sí creo, que es tiempo que el gobernador, siente a ambos y les lea la cartilla.

Digo, por el bien de Sonora.

Gracias

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