RESULTA POR DEMÁS incomprensible que mientras la ciudad se está desplomando ante un agobiante alud de homicidios, despojos y robos, el encargado de la Seguridad Pública, Cándido Tarango Velázquez, se dedique a cumplir compromisos sociales muy ajenos al cometido que lo trajo aquí. Indudablemente que resulta aberrante su apatía e indiferencia por cumplir con la tarea de buscar la manera de solucionar lo que está sucediendo por no atender su misión. No es posible que a este señor se le observe en eventos que no son de su entera incumbencia, cuando lo más importante es que junto con sus más allegados como son un marino de apellido Torres y el director operativo, Jesús Aurelio de León Cruz, salgan a las comisarías y delegaciones y pulsen de manera directa las necesidades más apremiantes para que se atienda la tarea de vigilar y prevenir los delitos. Cualquier otro titular de Policía y Tránsito Municipal ya lo hubiera hecho demostrando interés por tratar de solucionar las necesidades más apremiantes como en este caso son las unidades policíacas y es que, así como en su momento anduvo de pedigüeño con el empresario Faly Mares para que le donara la pintura y darle un ‘zarpazo’ de tigre al edificio de la Jefatura de Policía y que después se quiso adornar pregonando que él había comprado de su bolsillo ese material, lo cual hizo que quedara muy mal porque a las primeras de cambio se conoció que el empresario y un grupo de amigos hicieron importantes contribuciones económicas para apoyar esa causa, así por ese lado le falló. Pues bien, ahora porque no hace lo mismo, al menos por el tiempo que le resta en la institución para reparar muchas patrullas que se requieren estén en óptimas condiciones y no como las actuales que no corren más de cuarenta kilómetros por hora con el temor de que si aumenta la velocidad corren el riesgo de que se vayan a destartalar. Al menos si tuviera la más mínima disposición generaría otras percepciones más halagadoras que se tienen en cuanto a su persona, en el sentido de que no le interesa solucionar ningún tipo de problemas. No hay intención de hacer nada por la dependencia, cuando insistimos es una obligación que le corresponde atender, porque ni modo que se lo deje al inspector de Policía, Adán Valenzuela Cruz, que a todo quiere sacarle provecho solo para su peculio, aunque las carencias, le interesan un cacahuate. Insisto, en vez de andar Tarango, en actos que no son propiamente del ámbito de sus funciones, por qué no buscar resolver la falta de patrullas solicitando el apoyo de empresarios y organizaciones, en un afán por brindar una mejor atención en las labores de vigilancia a favor de la población… EN ESE MISMO orden de ideas, recuerdo que cuando estuvo como director operativo de la Secretaria de Seguridad Pública, el capitán retirado del Ejército Mexicano, René Barranco Zárate, se le observaba haciendo recorridos por todo el municipio buscando la manera de solucionar las carencias más imperiosas para mejorar el servicio y conste que no iba por su ‘cuota’ como ahora lo acostumbran hacer dos que tres altos mandos y conste que los mismos encargados de las demarcaciones lo dicen a hurtadillas, ante el temor de ser víctimas de sus oprobiosas rencillas como lo ha hecho. Barranco Zárate, fue el único mando de formación militar que ha ofrecido resultados en las encomiendas que se le han hecho, porque además se le vio trabajar al frente de la tropa y no se intimidaba ante nada. Ese tipo de personas son las que hacen falta en la Policía de Cajeme para sacar al municipio de las profundidades del abismo de inseguridad en que nos encontramos. La última ocasión que estuvo aquí fue en la administración 2012-2015 y en lo personal me consta que le salía al toro, dicho coloquialmente, a todas horas, porque al final se hizo policía de convicción. Bueno fuera que nuestros gobernantes se dejaran de sentimentalismos y compromisos políticos y le dieran oportunidad a personas con esa capacidad para afrontar el ardiente panorama de violencia que no tiene para cuando terminar y cómo no, sí el señor Tarango destina más tiempo a asuntos baladíes y triviales que al tema de la seguridad… HAY QUE RECALCAR que para maldita la cosa han servicio los operativos que realizan según él de manera coordinada con infantes de Marina y Guardia Nacional que, por cierto traen soberano despapaye al allanar domicilios y robar como vulgares ladrones y de esto hay informes policíacos. La inseguridad no se va a terminar asegurando una motocicleta robada o deteniendo a uno o dos narcomenudistas. Se requieren de acciones de fondo, así como presencia policíaca permanente en todos los rincones del entorno urbano. Policías trabajando específicamente en la prevención del delito y no parando carros para ‘bajar’ a sus conductores con lo que puede por órdenes de sus comandantes que tienen que completar la cuota semanal. Mientras no se vayan estos depredadores con uniforme esto no cambiará nunca. Hay que entenderlo… AQUÍ UNA MUESTRA del aciago ambiente en el que vivimos. La tarde del martes, una empleada de un restaurante fue despojada de 25 mil pesos en efectivo al salir de una sucursal bancaria en avenida Miguel Alemán y calle Morelos. El dinero iba a ser destinado para la paga de los empleados del negocio de comidas, pero un tipo que ni siquiera arma traía se llevó ese circulante solo con amenazas verbales, así de sencillo. Este es sólo un caso, el otro estuvo más demoledor. Se trata de una residente del fraccionamiento Mirasierra a cuya vivienda penetraron desconocidos y le robaron la jugosa suma de 350 mil pesos que guardaba con la idea de comprar un automóvil. También se llevaron piezas de joyería de oro. Por supuesto que los jefes policíacos van a culparla por no tener el efectivo en una institución bancaria, pero nunca van a aceptar que el comandante que está en esa demarcación, Carlos Uruchurto no ha cumplido con el encargo que le hicieron, tras ser removido de ese cargo, Fernando Vega Barriga, quien paradójicamente se encargó de tomar nota del cuantioso latrocinio, pero ahora como tropa. Hay que acentuar que no se está cumpliendo con la vigilancia y ese es otro tema al que no le han puesto la debida atención al tener como mandos medios a gente incapaz e inepta y a modo de ellos para que sirvan solo a su provecho y eso no se vale. Mientras que no haya convicción y mística de servicio en los responsables del cuerpo policial esto no cambiará, por el contrario, se complicará… LA TARDE DE ayer, hubo otra ejecución como para no variar; ahora en la colonia Ampliación El Rodeo, ubicada en la periferia del sureste de la ciudad, como mejor referencia, al oriente de la colonia Valle Dorado. Un hombre de 35 años fue ultimado con proyectiles de arma de fuego. Por ahí observamos al comandante Rodrigo Valenzuela Ortega, mejor conocido como ‘Rigo’ para sus compañeros quien acudió en apoyo al personal del sector 12 que de plano no dan una empezando por el encargado de esa demarcación. Solo se sabe que se llama Gerardo. Es un auténtico desconocido para la misma tropa, para que vean en manos de quien está la seguridad de los habitantes de ese vasto sector. Solo por caprichos del titular de la Policía Preventiva. Se imaginan cuando se va enderezar el barco con este tipo de elementos que tienen cero trayectoria y mucho menos la experiencia que se requiere para atender esos cargos, pero no tiene la culpa el indio…QUIÉN TENDRÁ que poner orden entre los elementos de la Guardia Nacional, en Cajeme, porque ya son varios los desmanes, atropellos y robos que cometen contra la población. Si el coordinador en el estado, Benedicto Santamaría González, no puede hacerlo deberá encargarse de este asunto el titular, Luis Rodríguez Bucio, y se espera que lo haga a la brevedad antes de que se sigan creciendo sus pillerías en agravio de la población… PARA CONCLUIR, bien dicen que nadie es profeta en su tierra y el buen amigo, Julio Alfonso Machado Soto, se desempeña ahora como responsable de la Unidad Municipal de Protección Civil, en el vecino puerto de Guaymas. Sin duda que ya se lo merecía, además que es una persona altamente preparada en labores de salvamento y todo lo que concierne a esa delicada misión. Se le desea lo mejor de lo mejor porque además trae la filantropía en sus venas… Luego seguimos, Dios mediante.

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