Este es el mundo en que vivimos: Las amorosas madres de familia se ven obligadas a buscar a sus hijos entre montones de tierra y huesos.
¿Y saben qué? Esto no es lo peor. Con la angustia y el dolor a cuestas todavía tienen que mostrarle cara a las amenazas de muerte, a los sicarios y a los perezosos burócratas, jinetes de ese “elefante reumático” en el que se ha convertido la estructura gubernamental.
Este es el caso de Ceci Patricia Flores, líder del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, quien sufrió la amarga experiencia de ver y sentir el frío cañón de un pistola que le apuntaba directamente al rostro.
“Si me matas, verás mi cara en el rostro de tu madre”, le soltó Ceci Patricia a su victimario, que había decidido jalar del gatillo para acabar con la buscadora.
Entonces el pistolero bajó su arma, se retiró y le permitió a Ceci Patricia continuar la búsqueda de sus dos hijos desaparecidos.
Este pasaje ocurrió la mañana del 23 de octubre de 2019, en el camino que conduce a “La Ostionera 2” de Puerto Peñasco, Sonora. No obstante, el pasado fin de semana fue recordado en las plataformas sociales y la anécdota retomó su relevancia.
Lo recuerdo como si este hecho hubiera ocurrido ayer porque ese día hable con la Líder de las Madres Buscadoras de Sonora, quien no daba crédito de la amenaza, de haber estado al filo de la muerte, de la vida misma.
Este asesino a sueldo también les dijo a Ceci Patricia y acompañantes que en los predios que llevan a las ostioneras #1 y #2, “no había gente de Hermosillo u otros lugares, solo de Puerto Peñasco”.
––Madre, aquí ( en los lodazales de las ostioneras) solo hay gente mala, ningún inocente, le confió el gatillero a las buscadoras allí presentes.
No obstante, Ceci Patricia y las madres de familia que le acompañaron se hicieron a la búsqueda en este árido lugar.
En total encontraron 52 cuerpos (aunque las buscadoras defienden que fueron 54), en 35 fosas clandestinas, según el reporte oficial de junio de este año emitido por la Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración, dependiente de la Secretaría de Gobernación.
Puerto Peñasco, Sonora, se encuentra en el top 10 de los municipios con más fosas clandestinas y cuerpos recuperados.
Sé más detalles de aquella búsqueda en aquella ciudad rocaportense, pero revelarlos pondría en riesgo el porvenir de Las Madres Buscadoras de Sonora porque en estas irregularidades están involucradas autoridades.
Este colectivo de rastreo es el más exitoso de Sonora con la localización de 500 cadáveres y 1,400 personas con vida en el periodo del 4 de mayo de 2019 al 15 de noviembre de 2021.
Actualmente, Ceci Patricia, se encuentra bajo el resguardo del Mecanismo de Protección para defensores de Derechos Humanos y Periodistas por las amenazas que recibió el 16 de julio anterior.
“Señora, cuídese mucho porque sé que de ahí sigue usted”, cita el mensaje que recibió la buscadora en su bandeja de mensajes en Facebook, la medianoche de aquel viernes 16 de julio
En aquella ocasión, la líder de las buscadoras describió que un perfil falso, en la plataforma de Facebook, con el nombre de Alexis Robles, le lanzó la advertencia de su siguiente ejecución, charlaron un poco y luego admitió que está “metido” en las filas de los gatilleros.
Ceci Patricia recibió otras decenas de comentarios que la dejaron sin habla, hasta que se decidió a denunciar públicamente esa alerta.
Todo inició a la 1:05 horas del viernes 16. Alexis Robles mandó el primer mensaje a Ceci Patricia.
–– ¡Señora, cuídese mucho porque sé que de ahí sigue usted!
Ceci le reviró: ––¿Por qué les debo tener miedo?.
––¡No puedo decirle más! […] Desgraciadamente me metí en esto y si yo le digo que se cuide es porque yo escuché al jefe decir que seguía usted, dio la orden.
La buscadora insistió: ––¿Por qué se meten con nosotras? Y tuvo una respuesta que volvió la conversación al primer instante: ––Yo ya estoy muerto desde que me metí a esto, pero ya no puedo hacer nada ¡Señora, dios me la bendiga siempre!
Durante la conversación, Alexis le manifestó a Ceci que conoció a los dos de sus hijos que se encuentran desaparecidos.
Ceci soltó otra batería de preguntas al supuesto sicario: ––¿Y por qué me dices hasta ahora?, ¿de quién tengo que cuidarme?, ¿del gobierno, de la mafia? Porque ya ni sabemos de quién nos cuidaremos.
Solo obtuvo respuesta a la tercera pregunta: ––De los dos. Ya no puedo más con esto, que dios me perdone.
Y añadió: ––No puedo decirle más porque si saben que yo le di información, de que usted se cuide… ¡Me van a matar!.
Ceci Patricia le dejó en claro que sabía que su perfil de “Alexis” era falso, que nadie sabría que él le había filtrado la información.
“Señora, por favor, yo nomás le digo esto. Claro que es falso, pero ellos (la mafia u organización) está en todo. Cuídese mucho, es todo lo que yo le puedo decir y por algo tuve que hacer un perfil falso”, explicó Alexis.
Y Ceci le externó: “Qué miedo me tienen; por eso matan porque tienen miedo; porque se sienten menos ¿O qué les hacemos las mujeres? Si de una mujer nacieron. Quién quita y sea yo quien tenga que buscarlos cuando los desaparezcan (a ustedes) porque con la vida que llevan es lo más seguro (que ocurra)”.
–– Yo nada les debo, a mí me deben, enfatizó Ceci Patricia. ¿Cómo sabes que sigo yo?
–– No se merece lo que le quieren hacer a usted, concluyó Alexis.
Ceci Patricia Flores Armenta busca a sus dos hijos desaparecidos. A Alejandro, quien fue privado de la libertad el 30 de octubre del 2015, en Los Mochis, Sinaloa. Desde entonces cambió su residencia a la comunidad de Bahía de Kino, en Hermosillo, Sonora, donde la madrugada del 4 de mayo del 2019, hombres armados se llevaron a otros dos de sus hijos, Marco Antonio de 31 años y Jesús Adrián de 15 años de edad.
El 10 de mayo siguiente, seis días después de la desaparición, le devolvieron a su hijo Jesús Adrián, “como regalo de Día de las Madres”, como siempre le gusta decirlo a ella. Y hasta el día de hoy mantiene su incansable búsqueda de Marco y Alex.
