En mi columna de hoy para Medios Obson, les voy a contar primero una historia que me ocurrió (y que le puede ocurrir a cualquiera), no al estilo de aquél gran columnista, ya fallecido, llamado Germán Dehesa, pero sí, trataré de que sea amena y a la vez, ejemplifique esta psicosis de vivir en Cajeme.

Empiezo:

El primer día, 7:30 de la mañana, me estaba bañando.

De pronto, escucho unos disparos de metralleta o algo así… tum tum tum…. durante muchas veces, como suelen ser, en mi Cajeme, los ataques tan a diario.

Me tiró en el piso, durante cuando menos, 10 minutos, para que no me vaya alacanzar una de esas balas…. cuando se acaba el agua caliente, me levanto con cautela (Odio el agua fría) y voy a mi celular a revisar MEDIOS OBSON que siempre son los primeros en publicar la noticia y…. NADA

No se si les haya contado que mi casa (su casa dirían los chilangos), es una imitación de los LOFTs que se pusieron muy de moda en Nueva York, cuando en la segunda guerra mundial, sacaron a las fábricas de la ciudad, junto a los trabajadores, y se los llevaron a otros espacios menos identificados por el enemigo, a producir armas bélicas. Entonces, esos edificios olvidados, fueron invadidos por artistas, vagos, hippies prematuros y demás, y se hizo algo así como un lugar para vivir. (ver la película que narra la vida de una modelo del pintor Andy Wharlol llamada LA CHICA DE LA FÁBRICA)

El caso es que mi casa es así: pareciera una fábrica o un almacén, construido con columnas y trabes de acero, como si fuera eso, un recinto olvidado de los años 40s y 50s en NY.

Segundo día: duermo, con ese dormir pesado que nos da un día anterior difícil. Estoy solo en esta inmensa casa y de pronto, casi a la misma hora, escucho el rugir de las balas.

Mi recámara tiene un ventanal muy grande, de piso a techo, y entonces me digo: en cualquier momento una bala perdida te va a partir la madonna y…. Al suelo, durante media hora. Tampoco esta vez MEDIOS OBSON, dice algo de la supuesta segunda balacera cerca de mi casa.

Tercer día: mientras ando en el patio, escucho una tercera balacera. Me fijo bien, volteo a donde se produce el ruido y resulta que, un pájaro carpintero es quien le pega con su pico a una de las columnas de acero y produce el ruido parecido a traquetear de las metralletas.

¿Qué no les dicen pájaros carpinteros? O son ¿pájaros herreros? O ¿pájaros imitadores de sicarios?

¿psicosis? ustedes digan.

Pero también, quiero contar lo bueno para que ustedes, mis queridos y queridas lector@s que me hacen el favor de leerme, sepan que por lo pronto, tenemos buenas noticias.

Justo en la semana que pasó, y luego del fatídico martes negro donde, en Cajeme hubo 8 ejecutados en un día, me encontré con dos retenes de la Guardia Nacional, ubicados por la calle California antes de la calle Cajeme, y luego otro, por la misma calle, pero éste casi al llegar al Canal Bajo.

En el primero me dejan pasar, supongo por mi cara de gente de bien (no se rían), pero en el segundo, me detiene unos segundos un oficial, me mira y luego me da el paso de inmediato.

Es entonces cuando le digo: “me da gusto que hagan esto, para que los malandrines no hagan de las suyas” y, me responde: “de aquí en adelante que se cuiden los malos”

Y es que, una táctica tan sencilla de prevenir el delito, es esa, precisamente, vigilar las calles y quienes andan circulando en ellas, ¿no?

Supongo entonces que, detienen e investigan a quienes tienen finta de malos, a quienes no traen placas (que son muchos) y a también a todos aquellos sospechosos.

Ya sé, me dirán que los malos, de volada se enteran de los retenes y se guardan en sus casas de seguridad, y, dicen bien, pero bueno, no salen y eso ya es ganancia.

Y tan ganancia es, que en la semana cuando se inició este, solamente hubo un ataque armado, y, cuando menos hasta ahora que escribo, la cosa sigue igual.

No entiendo porqué no se implementó antes esta sencilla estrategia, que bien pudo haber habilitado el negativamente célebre capitán Cándido (ni tanto) Tarango.

Y justo hoy leo que, el Presidente Lamarque Cano, a pregunta expresa sobre el futuro de la Secretaría de Seguridad y su cabeza, es decir Tarango, y dejó ver que esto podría cambiar.

Pues ojalá porque, pues ya de psicosis en Cajeme estamos hasta el tope.

Gracias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *