Milton Martínez Estrada

Guillermo Padrés ofrece ‘cátedra’ en la Unison

El regreso del exgobernador sonorense, Guillermo Padrés Elías, a la escena pública causó polémica y opiniones encontradas entre defensores y detractores del político cananense.

Resulta que la maestra Elma Laura Almada invitó al ex mandatario sonorense a una «charla» de dos horas con los alumnos de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación para la clase de Opinión Pública.

Para irnos entendiendo, en este espacio no defendemos ni enjuiciamos a Padrés. Mucho menos pondremos a juicio el criterio de la catedrática que lo invitó, pero sí reflexionaremos sobre la polémica que se desató sobre su presencia en la Alma Mater sonorense.

Vamos a los hechos. Padrés es un expresidiario que aún sigue un proceso judicial por defraudación fiscal (según entiendo) y ya fue exonerado por los cargos de desvío de fondos públicos, operación de recursos de procedencia ilícita, asociación delictuosa y lavado de dinero.

El exgobernador de Sonora salió libre el 2 de febrero de 2018, después de permanecer preso dos años, dos meses, y 22 días luego entregarse voluntariamente el 10 de noviembre de 2016, cuando se declaró «inocente» de todos los delitos que se le imputaban.

De acuerdo con el Saldo Histórico de Obligaciones Financieras de Entidades Federativas, calculado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Padrés duplicó la deuda pública sonorense al pasar de 11 mil 258 millones a 23 mil 288 millones de pesos.

El incremento fue 12 mil 30 millones; a un ritmo anual de 2 mil 5 millones; algo así como 167 millones mensuales, un total de 5.5 millones diarios.

Los Informes de Resultados de las Cuentas Públicas de 2009 a 2015 revelan que Padrés, en su encargo como gobernador, sobre ejerció 62 mil 630 millones, acumuló 12 mil 897 observaciones de parte del Instituto Sonorense de Auditoría y Fiscalización (ISAF) y tuvo al alcance de sus manos 336 mil 749 millones de pesos en presupuesto. Un tercio de billón de pesos.

También utilizó 894 millones 377 mil pesos para promocionar su imagen pública mediante la partida 36101, denominada Difusión en radio, televisión y otros medios de mensajes sobre programas y actividades gubernamentales.

El dispendio mediático de Padrés arrojó que el gasto de la oficina del Ejecutivo en su sexenio superó los 336 millones 749 mil pesos en sobreejercicio.

Además, creó de facto las partidas 31701 y 31901, nombradas “Servicios integrales y otros servicios”, así como la de “Servicios de accesos a internet y proceso de información” que, en total, desviaron 379 millones 423 mil pesos.

El 31 de agosto de 2016 el secretario de Hacienda estatal, Raúl Navarro, dijo en rueda de prensa que el pasivo estatal –tras el sexenio padrecista– ascendió a 32 mil 538 millones de pesos al 30 de septiembre de 2015.

Este es el expediente público del exgobernador. Son los resultados fríos de su mandato.

Y por otra parte, es importante recordar que permanece invicto en contiendas electorales al ganar la diputación local por el séptimo distrito en 1997; la diputación federal por el 02 Distrito en el 2000. La senaduría en 2006 y la gubernatura en 2009, por el Partido Acción Nacional.

Por los resultados antes mencionados se auto proclamaba el «Número 1» por sus arrolladoras victorias en las urnas.

Y considero personalmente que es el principal activo electoral que le quedan a las ruinas electorales de Acción Nacional.

Estos son los claroscuros de Padrés. Ahora vayamos al tema central de este escrito.

Según me cuentan mis fuentes, Padrés habló de muchos temas con los estudiantes, pero sobre todo los invitó a «participar en política».

Fue muy enfático en el tema y los instó a «no dejarse» ante cualquier injusticia.

Me dicen que los educandos tuvieron la oportunidad y «libertad para cuestionarlo». Fue cuando la charla se volvió candente, por supuesto.

Allí, en el aula, Padrés tuvo un acto de contrición: Admitió que su mayor error gubernamental fue «pelearse con el presidente» Enrique Peña Nieto.

Aceptó que EPN le ordenó cerrar la llave del Acueducto Independencia.

Sabemos que Padrés se negó y los ataques televisivos y judiciales no cesaron.

En esas dos horas también reconoció su equivocación al imponer el Comun (Contribución al Fortalecimiento Municipal, COMUN, por sus siglas), que en resumidas cuentas era el cobro del 3% a vehículos con antigüedad no mayor a diez años sobre el valor de la factura menos el IVA, incluido en la Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos para el 2013.

Los inconformes con este impuesto amenazaron con boicotear la Serie del Caribe y el Festival Alfonso Ortiz Tirado. Fue entonces el 10 de enero de 2013 cuando Padrés pronunciaría un discurso que le abriría el primer boquete en la opinión pública: «No es sonorense bien nacido, quien quiere boicotear la Serie del Caribe… traiciona a Sonora (….) eso sí me preocupa, pero dialogaremos con todos, atenderemos todas las voces para que no suceda».

El movimiento antagónico al Comun tendría su nombre tras estas desafortunadas declaraciones: Se hicieron llamar Los Malnacidos, pues se negaban a ser sonorenses «bien nacidos» solo por pagar más impuestos.

Finalmente, Padrés, asumió como pifia de su gobierno crear el Monumento al Acueducto Independencia o conocido popularmente como «Monumento al Tubo». Esta muestra del gobierno padrecista fue tomada como una ofensa para la etnia yaqui, que veía la estructura hídrica como el robo institucional del agua a la que tenían derechos. El controversial trasvase de una cuenca a otra, del río Yaqui al Sonora.

Eso fue lo que aceptó en la charla Padrés. No sé de otros temas porque no estuve presente. Sin embargo, agregaré otros dos errores garrafales en aquella administración panista.

Padrés nunca tuvo los arrestos para dar un manotazo en la mesa cuando se percataba de los errores que cometían sus secretarios. No despidió a uno solo. El mayor señalamiento contra ellos fue su riqueza inexplicable y la carencia de las secretarías a sus cargos, en donde no había ni hojas blancas.

La otra mancha de Padrés fue el crecimiento exagerado de su rancho privado en Bacanuchi, a donde se pasa el mayor tiempo. Una carísima plantación de nogal y la inmensa presa con la que irrigaba. Después colapsada por las extraordinarias lluvias de 2014 o por una buena cantidad de C4. No se sabe.

Mi opinión con respecto a su reaparición pública es que haya sido exonerado de todos los delitos, no lo vuelve inocente. De ninguna manera la exoneración es igual a la inocencia.

Me quedo un poco con las declaraciones del actual gobernador Alfonso Durazo: «Hay libertad, pero también hay que tener calidad moral».

Y concluyo con una frase que recuerdan los reos que no tienen dinero para pagar por una defensa legal: «En las cárceles no se castiga el delito, se castiga la pobreza». 

Nos leemos el otro lunes.

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