Pablo Beltrán

Entre políticos y sindicuates

Y vaya que la nota local de la semana, la dieron los liderazgos de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), con sede en el municipio de Cajeme, mismos que lograron que una gira de trabajo del presidente municipal, Javier Lamarque, fuera desviada hacia los aposentos de la famosa central, ubicada en el populoso Plano Oriente, en donde de igual manera que en lo estatal, se da el anuncio de que la clase obrera organizada estará al lado -para los próximos comicios- con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), pero sobre todo en el caso municipal, apoyando con todo con al actual edil, el cual ya confesó que sí desea la reelección, motivo por el cual los ciudadanos entran a un ejercicio de reflexión, de si realmente valdría la pena un tercer trienio del nativo de la Ladrillera.

Y de verdad que algo serio tuvo que haber pasado con el priismo en Sonora, para que Manuel Montaño tomara una decisión de esta envergadura, sobre todo porque era una especie de último Mohicano que siempre defendió el “honor” del priismo, incluso durante sus malos ratos del siglo XXI, como cuando se perdió la presidencia de la república, el gobierno de Sonora e incluso la presidencia municipal de Cajeme en varias ocasiones. Manuel sabe que por su edad difícilmente le volvería tocar el retorno de aquel Tlatoani al que estaba acostumbrado y lo más posible era que viera un naufragio, que, por el dicho de muchos priistas, parece inminente, como la extinción del jurásico. No por nada, ya en todo el país, no pocos han saltado de la barcaza, entre ellos varios exgobernadores y exlegisladores de peso completo.

Y retomando el evento de marras, bien se pudo ver en video que circuló ampliamente, cómo en una mesa más larga que la de Luis XIV, se reunieron varios líderes y otros no tanto, para levantarle la mano a JLC, quien de verdad no cabía de gusto con tal respaldo, sobre todo cuando Montaño casi lo declara prócer de la patria chica, poniendo a su disposición a una serie de “jabalíes” de la movida grilleril cajemense, en donde destacaban una gran mayoría de ahora expriistas e incluso uno que otro ya retirado recientemente del blanquiazul. Se vio también por ahí al dirigente de los trabajadores Luis Acosta, así como a los líderes de los tiangueros y vendedores ambulantes Patricia Ortega y Bernardo Pomposo Sebastián, sin dejar de mencionar a Jesús Partida, una especie de Cid Campeador para el buen Montaño, al haber operado algunas batallas del “Borrego” Gándara, con buenos dividendos, pero sin lograr el cometido de la gubernatura en tres ocasiones. También en esa mesa larga, se vieron las caras de algunas líderes de barrio del tradicional priismo, las cuales de igual manera se lanzan a las aguas del morenismo, sabedoras -al igual que el Tlacuache- que “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.

Sin lugar a dudas que lo ocurrido en Sonora y en Cajeme, en ese salto mortal del cetemismo priista hacia el oficialismo actual, pone a la dirigencia nacional de dicha central en verdadera tesitura, sobre todo en lo relacionado a sus orígenes y hay quienes dicen que Don Fidel Velázquez debe de estarse revolcando en su tumba, pues no es para nadie un secreto aquella frase del presidencialismo ortodoxo tricolor de que “llegamos con las balas y apenas con las balas nos sacan”, aunque luego llegó un botudo guanajuatense a echarlos de Los Pinos en 2000, antes de que la frase agarrara seriedad y fuerza.

Pues solamente el PRI y la historia podrán juzgar esta jugada “de ajedrez” de la CTM local, en donde muchos pudieran creer que se trata de tomar la ruta por un sendero fácil, pues Morena aun es potente y eso pudiera generarles sobrevivencia.

Nomás no le pase al buen Manuel lo que le sucedió a Daniel Ley Zazueta en 1979, cuando le ofreció al entonces candidato priista a la presidencia municipal, Don Pancho Obregón -hijo del caudillo invicto de la revolución-, el voto de cinco mil chinos para la contienda de ese año.  Hay quienes todavía recuerdan que a las horas de la derrota todavía preguntaban los priistas por esos miles de orientales, mientras que un joven llamado Adalberto Rosas solo sonreía: se había llevado a cabo con éxito el experimento de democracia transparente de Reyes Heroles, pero, sobre todo, se habían cobrado facturas de Jolopo y de Fito de la Huerta, a través del sobrino y entonces gobernador, Alejandro Carrillo Marcor.  Se trataba solo de hacer efectiva la aún incipiente democracia.

Así pues, por más adhesiones al triunfalismo, todo puede pasar y la historia ha dado muchas lecciones. Por lo pronto ahora les tocará lidiar con el morenismo moderado y radical, en donde estos últimos seguramente pintarán su raya de profunda izquierda y serán un dique de contención para ciertas maniobras, en aras de un purismo que les da identidad, el cual eventualmente pudiera estar por encima de un pragmatismo que cada vez es más que evidente en fechas electorales.

DE PIRATERÍA Y COSAS PEORES. Y por donde vuelve a brincar la liebre en temas literarios, es por los rumbos del centro de la república, en donde ya se supo Conasupo que otro personaje más entra a la lista de entre los plagiarios de tesis universitaria, tratándose en este caso de la todavía Fiscal de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, a la cual se le señala en sendo reportaje, que de forma parecida a la Ministra Yasmín Esquivel, copió fragmentos de autores sin señalar la real autoría haciéndolos pasar por propios, lo que la pone en riesgo su eventual ratificación a inicios de la semana entrante dentro del congreso de la gran ciudad, en donde por cierto no le dan los números y menos ahora ante tal balconeada del conocido Guillermo Sheridan. Ya el lunes saldrá el humo…quién sabe de qué color.

¡BOMBA! Y cuando muchos cajemenses de bien se encontraban felices porque en el centro de la ciudad se anunciaba por los transeúntes la amenización de un festival de música yucateca, para más precisión en la explanada de la agencia fiscal; pues resultó que la cosa iba por otro lado, pues se trataba de una amenaza de bomba pero de las no peninsulares, lo que motivó un poco de susto, pero al rato se supo que era solo una broma de algún ocurrente que sus motivos habrá tenido.

Ya en esta ciudad, es tanta la normalización de la violencia, que esta “amenaza” solo pasa ser una raya más al tigre, sí, de ese felino que nos ha devorado la tranquilidad por muchos años, al grado que la última generación poco o nada recuerda de aquel pueblito tan manso y solo tiene presente el actual traca-traca de los fusiles, que nos pone en la vanguardia de las ciudades más violentas del país.

Y ni modo de estar orgullosos por ello…

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