Las ciudades cambian, para bien o para mal, dependiendo mucho de sus gobernantes.

España no es el mismo país de hace treinta años, y tampoco, de aquel que hace diez enfrentaba un destino incierto, con una lucha entre los derechistas que seguían suspirando por Franco, enfrentados al partido de izquierda, el PSOE.

Hace apenas unos cuantos días, en este país se decretó que no se podía hablar directamente del dictador, Francisco Franco, pero, vaya, venimos de la misma estirpe (aunque nosotros cruzados con indígenas), y para todo hay trampas y estas, las de hablar del generalísimo, quienes lo extrañan escriben redes sociales, VIVA FRANCO, y quizá, con mayor impacto que lo que hubiese pasado con los medios tradicionales.

Y pasa que, en España, el 21 de octubre entró en vigor la llamada Ley de memoría democrática, que se fundamenta en los principios de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, así como en los valores democráticos de concordia, convivencia, pluralismo político, defensa de los derechos humanos, cultura de paz e igualdad de hombres y mujeres, pero la misma, ha sido rechazada por los franquistas.

Hace algunos años, cuando vine por vez primera, España era muy diferente a como lo es hoy. Y, por los comentarios de entonces, fue peor luego del fallecimiento del dictador Francisco Franco, sobre todo porque las libertades civiles estaban muy acotadas y, de los derechos humanos, mejor ni hablamos.

Hoy, este país está cien por ciento inserto en la modernidad que se respira en la mayoría de Europa. Se ve prosperidad en sus calles, sus edificios, el transporte urbano y, en muchas actividades que antes, parecían olvidadas.

Un amigo motociclista, dueño de un restaurante inaugurado por un ancestro en el año de 1872, me invitó, sabiendo que, luego del periodismo, la cocina es mi segunda pasión.

Nosotros, que somos como lo dije antes esa mezcla de dos culturas, llevamos el sarcasmo y la “carrilla” a flor de piel, tal como ellos.

Los amigos de mi amigo, en 5 minutos ya se referían a mí como el mejicano (así, con jota, que es como lo pronuncian) y, entre plática y chistoretes, entramos al tema del gobierno de mi país.

Uno me pregunta: ¿Cómo es posible que tengan como presidente a alguien como López Obrador? Ups. Jamás pensé defender a AMLO, pero, les recordé que en política, pasan muchas cosas y los países viven de acuerdo a los variados intereses de sus gobernantes.

Les recordé la dictadura de Francisco Franco y ahí, la mesa se dividió: Para algunos, Franco fue un gran líder que instauró muchas de las instituciones de las que ahora gozan. Para otros, esas instituciones fueron implementadas a sangre y piedra, pues nada se movía si no era por la intencionalidad del fascista que, fue el culpable de una guerra civil y por ende, la migración en 1938 de muchos españoles hacía México.

En ese momento, la mesa se dividió al más puro estilo español, alzando todos la voz y tratando de imponer sus ideas.

Hoy, España está dividida entre los que quieren que regrese un gobierno duro como el del generalísimo, y los que piden que nunca más pase esto, pues, al final de cuentas, los años en que gobernó Franco, de 1938 hasta su muerte en 1973, la libertad era una moneda que no circulaba en España.

Quienes lo alaban, aseguran que fue tan astuto, que teniendo el apoyo de los gobierno de Hitler en Alemania, Mussolini en España y de Hiroito en Japón, no llevó a su país a participar en la segunda guerra mundial.

El caso y para concluir con la primera parte de estas entregas, es que, en España hay preocupación porque regresen los gobierno de ultra derecha, y vítores porque pase esto, pues, aseguran, ahí se pusieron los cimientos de un país ahora pujante, aunque con sus bemoles de los grandes problemas que se viven en Europa, con la guerra entre Rusia y Ucrania que a la mayoría, les quita el sueño.

En otras entregas seguiré hablando de este país, y también, claro, de cómo nos ven a nosotros, sus, por decirle de alguna manera, sus primos mexicanos, el gobierno de AMLO, la inflación y el regreso del populismo en el mundo entero.

Gracias.

MADRID ESPAÑA

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