Miguel Ángel Vega C. / El Tiempo

SIGUE CON EL AGUA HASTA EL CUELLO, LA MINISTRA YASMÍN ESQUIVEL MOSSA

Aunque por estas fechas, habíamos dejado de escribir unos días, no perdimos la información que se ha generado en torno a la ministra YASMÍN ESQUIVEL MOSSA, por aquello de la posibilidad de que haya plagiado la tesis que presentó en 1987 para obtener su título de abogada. Y aunque ella sigue aferrada y alegando que ella no se la pirateó, hay puntos que la comprometen, como el hecho de que sea igual a la de otro abogado que la presentó en 1986, o sea, un año antes. Y a manera de defensa, ella últimamente ha dicho que la plagiada fue su tesis porque ella empezó a escribirla en 1985, argumentado de una forma muy fantasiosa que los demonios hayan penetrado a su casa y que se la hayan plagiado, lo cual tiene carácter de versión increíble, misma que para ser sinceros nadie le ha cree. Y es que como dicen algunos analistas expertos en la materia, tiene mucha responsabilidad la supervisora de las tesis MARTHA RODRÍGUEZ, y debe ser llamada a cuentas porque, aunque presume haber revisado a la fecha alrededor de 500 tesis, es difícil que no se diera cuenta de la similitud de algunas. Y lo que deja muy mal parada a Esquivel Mossa, es que un maestro expide una carta que defiende la autenticidad de su tesis, pero otro maestro, dice que la ministra intentó coaccionarlo para que expidiera una carta similar, lo cual sintió como una amenaza y decidió publicarlo en las redes sociales para dejarlo como un antecedente, ante el poder de la dama. Y claro, aunque lo niegue, como ella fue propuesta por el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, para la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) este la ha defendido a capa y espada, pero sin argumentos de peso, así como en su momento defendió su amigo FÉLIX SALGADO MACEDONIO, de las acusaciones de violación que pesaban en su contra y que provocó que el INE le tumbaran la candidatura al gobierno de Guerrero, terminando por poner de un vil dedazo a su hija EVELYN SALGADO PINEDA, que obviamente trabaja como un títere. El mandatario reza su cuento de siempre, su disco rayado, que es el conservadurismo el que tiene miedo que llegue Esquivel, porque es una mujer que está de acuerdo con la transformación, pero, aun así, lo niega que es la candidata de su preferencia. Además, ya como dando patadas de ahogado, dijo en su somnolienta mañanera que los conservadores pretenden que quede el más rico de los candidatos, seguramente refiriéndose al ministro ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA, porque es el único hombre que compite. La otra, como se sabe, es la ministra NORMA PIÑA. Otro de los argumentos agónicos del presidente AMLO es que quienes atacan a la ministra, que son ENRIQUE KRAUZE y GUILLERMO SHERIDAN, han hecho más daño al país, que ella con esa tesis. Sin embargo, no pasa por su mente el hecho de que de suspenderle el título podrían quedar sin efectos todas sus resoluciones, que abarcan décadas de carrera como abogada y el tiempo que tiene en el poder judicial, en el que se encuentra el tiempo que tiene como ministra. Ya nos imaginamos el berrinche y la diarrea verbal del presidente AMLO en su conferencia mañanera, si se llega a determinar que su candidata quedará fuera de la competencia para la presidencia de la SCJN. ¡Qué historia, señores! El asunto hasta el momento es que la ministra carga el agua hasta el cuello, porque la UNAM se encuentra haciendo un análisis a fondo y difícilmente podrá definirlo para el día dos de enero, que ya está encima, cuando serán las votaciones para elegir al nuevo presidente de la SCJN, que sustituirá a ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA, por lo que lo más seguro es que la dama se quede chiflando en la loma. Y además es sabido que el rector ENRIQUE GRAUE, no guarda buena relación con el presidente AMLO, por los ataques que este le ha lanzado a la máxima casa de estudios, por lo que seguramente no tiene ningún interés en quedar bien con el mandatario. Por otra parte, nos dicen que mientras la ministra se debate entre su defensa y los ataques, el que se fortalece es Ortiz Mena, incluso en la 4T……………….. En estos días, con motivo de las fiestas de Navidad, nos tocó transitar por las calles de Guasave y Mochis, donde nos dimos cuenta de tres cosas, dos buenas y una mala. Una de las buenas, es que las calles y avenidas de ambas ciudades no tienen nada que ver con las de Cajeme, porque circulas y circulas y no miras un bache, sobre todo en las más transitadas. La otra buena es que aquella violencia que se vivía en años anteriores, actualmente está calmada, porque en tres días que estuvimos por aquellos rumbos no supimos de ninguna balacera, así de maravillosas ambas ciudades sinaloenses. Y la mala, es que, en Mochis, vimos las patrullas de la policía municipal pintadas de color guinda, al igual que los camiones y taxis del transporte público, cuando tenemos entendido que hace algunos años se legisló para uniformar el color de las patrullas, del color azul con un color claro como las vemos aún en Cajeme. Y no sabemos que aquella ley o aquella norma generada desde el Congreso de la Unión la hayan derogado. Y no crea usted que fue dioquis esa ley, sino con toda la razón, hubo legisladores que la propusieron y se aprobó, para evitar que, de manera caprichosa, ventajosa y necia, políticamente hablando cada partido que ganaba en un estado o en un municipio pintaba las patrullas y los edificios públicos, de sus colores. Todavía recordamos que ganaba el PRD y pintaban las patrullas de amarillo; ganaba el PAN y pintaban las patrullas de azul y por supuesto ganaba el PRI y las pintaban de rojo, incluso en Sonora lo vimos hasta en la policía estatal, cuando gobernó EDUARDO BOUS CASTELO. Y el cambio se hizo, porque obviamente que ni los partidos, ni los gobernantes repintaban las patrullas con su dinero, sino con dinero público, con dinero del pueblo, por eso todo mundo vio con buenos ojos que se uniformaran los colores. Y más aún nos dicen algunos transportistas de Sonora, tanto de lado de los taxis como de los camiones que el gobierno ya les esté exigiendo que pinten de guinda sus unidades, o sea, el color de Morena, lo cual sería retrógrada, regresivo y además costoso para sus bolsillos que no andan muy bien que digamos y en el caso de las patrullas localmente no se ha visto ninguna que anden de los colores del partido en el poder y ojalá no vayan a tomar dinero del pueblo para pintarlas, porque estarían dando al traste, como en muchos otros casos, con eso de la austeridad.

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