La captura de Reyes Emmanuel «N» en Guaymas confirma la innegable y predominante presencia del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Sonora.

De acuerdo a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) el presunto líder criminal tenía en su poder -al momento de la detención- más de 6 mil 200 dosis de metanfetaminas, 3 mil 657 cartuchos, tres armas cortas y 2,900 dosis de otros narcóticos.

Además, en el operativo de la noche del viernes 23 de septiembre detuvieron a tres personas más.

Cabe mencionar que la presencia del CJNG en Sonora es un tabú para las actuales autoridades de seguridad y sus predecesores.

Me parece que ese temor -de siquiera mencionar al cartel- es fundado.

La Administración para el Control de las Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) en su Catálogo Nacional de Amenazas y Narcóticos 2020 reveló que el Cartel de Jalisco Nueva Generación es el de mayor expansión en territorio nacional.

«CJNG tiene una presencia significativa en 23 de los 32 estados mexicanos, con la mayor parte de su crecimiento y territorio en el centro de México y ubicaciones estratégicas en la frontera entre los Estados Unidos y México», puntualiza el extenso informe de más de 100 cuartillas.

Y luego agrega: «El CJNG contrabandea drogas hacia los Estados Unidos accediendo a diversos tipos de tráfico corredores en el norte de México, a lo largo de la frontera sur estadunidense, incluyendo Tijuana, Juárez y Nuevo Laredo. El CJNG también influye en el Puerto de Manzanillo y utiliza esa influencia para la distribución de grandes cantidades de drogas”.

La DEA también atribuye el gran impulso del Cartel Jalisco Nueva Generación a esa «voluntad grupal de participar en actos violentos, enfrentar al gobierno mexicano, a las fuerzas de seguridad y cárteles rivales».

Derivado de esto último, de enfrentar rivales, la DEA y la Unidad de Inteligencia Financiera mexicana, también ubican a la organización fundada por Nemesio Oceguera, alias El Mencho, en el corredor de Santa Ana-Nogales.

Sin embargo, informes confidenciales del gobierno mexicano ya advertían la intromisión del CJNG en Sonora desde finales de la administración de Enrique Peña Nieto, allá por 2017 y 2018.

Les cuento: Una fuente al interior de la Secretaría de Gobernación nos confió (a una colega y a mí), en julio de 2018, que la organización fundada por El Mencho había encontrado como centro neurálgico de sus operaciones al Puerto de Guaymas.

Sí. Nos decía: «Es que esta ciudad lo tiene todo». Nos explicó que Guaymas representa una conexión perfecta para los fines delincuenciales del cartel, con la salvedad de que también podría ser perfectamente estratégica para detonar la economía sonorense.

Posee Tierra: Los valles de Guaymas y Empalme. Extensos campos de siembra y cultivos. Sin olvidar que por este municipio cruza la carretera más importante del país, la México 15, que también se le conoce en la entidad como la «Cuatro Carriles». Una excelente ruta de escape, agregaría este quien les escribe.

Guaymas también tiene agua: El bellísimo Mar de Cortés, cuna y acuario del Océano Pacífico. Asimismo, es un puerto de altura y es un histórico punto de reabastecimiento de combustible para las lanchas transportadoras de droga entre Sinaloa y Sonora.

La importancia de controlar un puerto de embarques lo conoce a la perfección el Cartel de Jalisco, pues para nadie es un secreto su operatividad en Manzanillo, Colima y en Lázaro Cárdenas, Michoacán.

El municipio porteño también cuenta con aire: Espléndidos terraplenes para el confiable ascenso y descenso de aeronaves.

Sinceramente, no recuerdo si aquella ocasión, aquel informante nos dijo que «increíblemente» el Cártel de Sinaloa no había visto estas condiciones idóneas para el crecimiento de su organización.

No lo recuerdo y es un hecho.

Con el fin de advertir cuál es el peligro y los riesgos de la presencia del CJNG en Sonora, es preciso volver en el tiempo unos siete años.

Creo fielmente que la presentación pública y mediática del cartel en cuestión nos remonta al 1 de mayo de 2015 cuando derribó y videograbó la caída de un helicóptero militar.

Los informes oficiales de aquel día sintetizan que un lanzacohetes, RPG-7, fue accionado en el camino entre los municipios de Casimiro Castillo a Villa de Purificación, a unos 300 kilómetros de Guadalajara.

Al estilo de la invasión en Afganistán, los gatilleros se ubicaron en una zona alta y detonaron el artefacto con éxito.

La ojiva detonada desde un lanzador de origen soviético RPG (Rocket-Propelled Grenade, por sus siglas en inglés) impactó el motor en la parte trasera de la aeronave.

El piloto maniobró hasta aterrizar de emergencia, pero al tocar tierra la unidad se volvió en llamas con el saldo trágico de 15 muertos y 13 heridos.

Un escándalo internacional que cambiaba la histórica narconarrativa de que los capos y sus secuaces preferían el bajo perfil y la violencia oculta.

Aquella vez el CJNG mostró el músculo y no ha vuelto a esconderlo. Ahora ya saben por qué las autoridades niegan su presencia en este estado y su expansión a nuevas entidades.

Ya veremos qué más se deriva de la detención de Reyes Emmanuel y la incontrolable violencia en el bello Puerto de Guaymas.

Gracias, nos leemos el otro lunes.

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